
Desde niña, cada vez que escuchaba a mis padres mencionar la palabra viajar era una alegría inmensa, un sentimiento muy hermoso, me llenaba de emoción.

El sólo hecho de saber que durante el viaje tendría la oportunidad de conocer otras cosas, ya sea, el río, el mar, el campo, montar a caballo, jugar o visitar otros centros comerciales era algo maravilloso.

Desde que tengo a mi propia familia, cada vez que tengo las posibilidades de viajar lo hago sin pensarlo dos veces, ya que eso me llena de alegría y sé que a mis niños también les encanta, me recuerda esa etapa de mi vida.

Es mi manera de salir de la rutina, reír, sentirme libre en contacto con la naturaleza y saber que existe una amplia gama de placeres fuera de mi entorno rutinario. Todos los que dedicamos gran parte de nuestro tiempo trabajando, estamos sometidos a un fuerte estrés, al igual que el estar pendiente de los quehaceres del hogar, para mí, la mejor manera de curar esa situación es viajando.

He visitado varios estados de mi amada Venezuela, conociendo lugares muy hermosos, no sé si es por eso que no merman mis ganas de seguir viajando y conocer otras culturas y costumbres.

Saludos y hasta la próxima oportunidad.