CUANDO TU NOMBRE HUELE Y SUENA A NAVIDAD...EL ORIGEN DE MI USUARIO EN STEEMIT:@nancybriti.

Este fue un reto propuesto por @anomadsoul a la comunidad de habla hispana a partir del desafío de @taskmaster4450 en habla inglesa. Éstas son las reglas de funcionamiento:
1- Dinos en un post cómo es que decidiste tu nombre de usuario en Steemit, la historia detrás de él. No importa si tú crees que es muy común, será divertido saber por qué decidiste ese nombre.
2- Dinos tu nombre real.
3-Si pudieras cambiar tu nombre de usuario actual, ¿qué nombre utilizarías y por qué? Si tienes una lista, menciónala.
4- Utiliza el tag #mysteemitname para que los demás usuarios puedan leer tu post. Este tipo de desafíos son para incrementar la interacción entre la comunidad.
5- Nomina a 5 personas a participar en este mismo desafío. Dentro de poco toda la comunidad estará participando.

Mi nombre es Nancy y mi apellido principal es Brito. Por unas cosas que a veces me hace hacer la miopía (tengo 25 y 15), escribí Briti y no Brito como debía ponerlo, así que de esta manera quedó mi username en steemit. Me imagino que el cuento no debería ser tan corto, así que se lo hago más largo.
Si soy sincera, son muchos los nombres que me han puesto, unos de cariño y otros no tanto, con los que me he sentido a gusto, pero nada como mi nombre: Nancy.
Ya grande descubrí que Nancy es el nombre de una ciudad francesa y se cree que etimológicamente mi nombre proviene del celta “NANT” que significa valle, torrente. Cuando lo descubrí, me gustó mucho.

Igual, una vez, una amiga empezó a llamarme Reagan y evidentemente sabía a quién se refería: Nancy Reagan. Me parecía genial. Aún, a veces me llama así. Pero el cuento de mi familia supera a todos los cuentos que pueden tener de mi nombre.

Cuando estaba a punto de nacer, mis padres no habían hecho la tarea de buscar mi nombre, así que se volvieron locos proponiendo e inventando (gracias a Dios que lo de inventar se quedó en un suspiro). Yo nací el 20 de diciembre, en una fecha en la que los sentimientos no se guardan, se regalan aunque sean malos. Nací cerquita de la navidad, así que mi papá, que siempre fue parrandero y cantador de aguinaldos, saqué lo primero de él pero no lo segundo, me puso como la cantante del momento, la “catirrusia” de Venezuela: Nancy Ramos.

Nací y crecí escuchando personas que al presentarme inmediatamente me decían: Ah, como Nancy Ramos. Esto jamás me causó malestar o tristeza; por el contrario, cuando me presentaba, decía: “Nancy, como Nancy Ramos”. Jajajaja. Debo confesar que tuve muñecas, camisetas y otros, con mi nombre, aunque no era por mí, obvio, era por la muñequita dorada venezolana. Lo mejor del cuento, es que cuando era pequeña y empezaba a escuchar a Nancy Ramos en la radio, sabía que había llegado la navidad y todo cambiaba de color para mí y para toda mi familia. “Vuela la paloma” se escuchaba y con ella sentíamos la navidad en la casa.
Hace dos años mi papá se murió, la navidad desde ese día no llega a casa, pero sé que desde el cielo, o donde esté, cada vez que escuche mi nombre estará entonando aguinaldos y parrandas.
