Las costumbres, los buenos modales y muchas de las cualidades humanas, como la honradez, el respeto y la lealtad, nacen en el entorno familiar cuando los abuelos y los padres inculcan las buenas costumbres en los pequeños, niños y jóvenes que serán el futuro de una nación con visión futurista.
Existió una periodo de tiempo durante los 2 siglos anteriores donde se convenía en una transacción directa entre personas comunes y sin necesidad de redactar documentos, sin firmas en notarías y menos contratar abogados para litigar. Era muy común llegar a un convenio verbal donde se discutían los términos perentorios para hacer valer dicho trato, se conocía como "la palabra empeñada vale oro".

La Edad de Los Caballeros, donde cualquier disputa o deshonra se hacía valer con un duelo a espadas o a disparos. No se trataba de la ley del lejano oeste, donde reinaba la anarquía y predominaban los grupos más consolidados y fuertes, porque aplicaban la fuerza para mantener sumisos a un colectivo de personas.
La palabra valía oro y muchas personas se encargaron de hacer cumplir cabalmente los puntos resaltantes del convenio, donde la integridad de las personas realzaba la confianza en este tipo de trato verbal.
Visión en nuestros días:Posteriormente se introduce una frase que puede sonar contradictoria: "la mejor forma de cumplir la palabra empeñada es NO DARLA", puesto que la falta de valores fue creando la desconfianza en cumplir con el trato, así que la palabra empeñada fue perdiendo prestigio y su valor en oro puro se fue diluyendo como la sal en el agua.
Story based on the real life of @anecdotas