En el pequeño pueblo de Zagórz.
Como un destello, como un eco de bondad en él.
Hierba esmeralda, brocado crujiente,
Y te encontraré un amigo.
Habría podido disparar desde la máquina
Qué pena que ni la habitación ni el estreñimiento.
¿Alguna vez encontrarás este mundo seguro?
Tu beso congelado en sus labios.