Hello friends, welcome to my blog
In life we learn from the people we have around us, but ideally we should only keep the good things, those that make us grow as human beings and as professionals, the rest should disappear from our minds and hearts because they only hurt us. Those first teachers are our parents who teach us values that mark us for life, leaving a mark that we will later pass on to our children.
In my publication I would like to talk about people who were my teachers, some literally because they are teachers and gave me classes and others because they helped me in my growth as a professional, and as I said at the beginning, I will only talk about teachers who left good things in me, not about those who once hit me with a ruler in my hand or with an inverted ring on my head (those are the bad things that one should forget).
I do not know if I have ever mentioned it, but I will never forget my fifth grade teacher, because thanks to her patience and perseverance I learned to pronounce the R (erre), maybe for many it does not seem like a big deal but for a 10 year old girl who substituted the R for the D and that her teacher practiced with her daily a tongue twister until she finally learned the correct pronunciation it was a gesture from another world, Perhaps at the time I did not know how to express my gratitude to her, I really do not remember it, but over the years it is an experience that I have not been able to forget because it left a mark on me.
Another teacher that I will not forget is Yadilka Mora, my math teacher from first year of high school until I graduated from high school, she was a young and nice woman, she always had affinity with my study group, when to the rest of the high school it seemed that she was a strict teacher with a lot of adjectives, for us she was perfect. When I was in fifth year confused with what I wanted to study, she guided me in the selection of the university career that would be entering the University Sector Planning Office (OPSU) and to which I was selected to study without having to take the admission test in the technological. So it is also impossible to forget my math teacher, not because of what she taught me in her class, but because thanks to those conversations in the hallways I chose the university career I wanted to study.
My next teacher was my internship tutor, who patiently taught me everything he knew in the chemical laboratory of that company. Following an instruction manual is not the same as having someone with experience in the field teach you, even by looking at a sample, how much is the approximate value of one of the analyses to be performed on it. Of course, that is if the sample is treated with the care it requires and the handling specifications are met. All these things I learned from Juan, things that helped me in my later work to achieve better performance.
When I thought I knew everything, my boss arrived at the last company where I worked more than 15 years ago. Mr. Carlos taught me everything from expressing myself, talking to more people, writing documents, taking responsibility, he taught me to be more organized, among many other things found in production work, and being such a polite and good person, everything that came out of his mouth sounded with kindness. I guess I didn’t learn that skill, because sometimes I speak without thinking and what comes out of my mouth sounds worse than I thought it would.
Well friends, these are the teachers I remember the most because they taught me things that have served me for life, leaving an indelible mark in my history.
Hola amigos, bienvenidos a mi blog
En la vida aprendemos de las personas que tenemos a nuestro alrededor, pero lo ideal es quedarnos sólo con lo bueno, lo que nos hace crecer como seres humanos y como profesionales, lo demás debe desaparecer de nuestra mente y de nuestro corazón porque sólo nos hace daño. Esos primeros maestros son nuestros padres que nos enseñan valores que nos marcan para toda la vida, dejando una huella que luego transmitiremos a nuestros hijos.
En mi publicación me gustaría hablar de personas que fueron mis maestros, algunos literalmente porque docentes y me dieron clases y otros porque me ayudaron en mi crecimiento como profesional, y como dije al principio, solo hablaré de maestros que dejaron cosas buenas en mí, no de aquellos que alguna vez me pegaron con una regla en la mano o con un anillo invertido en la cabeza (esas son las cosas malas que uno debe olvidar).
No sé si en alguna oportunidad lo he comentado, pero nunca olvidaré a mi profesora de quinto grado de básica, pues gracias a su paciencia y constancia aprendí a pronunciar la R (erre), tal vez para muchos no parezca una cosa del otro mundo pero para una niña de 10 años que sustituía la R por la D y que su maestra diariamente practicaba con ella un trabalenguas hasta que por fin aprendió la pronunciación correcta si fue un gesto del otro mundo, quizás en aquel momento no supe expresar mi gratitud con ella, la verdad no lo recuerdo, pero con el pasar de los años es una experiencia que no he podido olvidar por qué dejó una huella en mí.
Otra maestra que tampoco olvidaré es Yadilka Mora, mi profesora de matemáticas desde primer año de secundaria hasta que me gradué del bachillerato, era una mujer joven y agradable, siempre tuvo afinidad con mi grupo de estudio, cuando al resto del liceo le parecía que era una maestra estricta y con un montón de adjetivos, para nosotros era perfecta. Cuando estaba en quinto año confundida con lo que quería estudiar, ella me oriento en la selección de la carrera universitaria que estaría ingresando en la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU) y al cual fui seleccionada para estudiar sin necesidad de hacer la prueba de admisión en el tecnológico. Así que también es imposible olvidarme de mi profesora de matemáticas, no por lo que me haya enseñado en su cátedra sino por qué gracias a esas conversaciones en los pasillos escogí la carrera universitaria que quería estudiar.
Mi siguiente maestro fue mi tutor de pasantías, quien con mucha paciencia me enseñó todo lo que él sabía dentro del laboratorio químico de aquella empresa. No es lo mismo seguir un manual de instrucciones a qué alguien con experiencia en el tema, te enseñe hasta viendo una muestra cuanto aproximadamente es el valor de uno de los análisis que se le va a realizar. Claro, eso sí la muestra es tratada con el cuidado que requiere y se cumplen con las especificaciones de manipulación. Todas esas cosas aprendí de Juan, cosas que me ayudaron en mis trabajos posteriores para lograr un mejor desempeño.
Cuando ya creía que todo lo sabia llegó mi jefe en la última empresa donde trabajé hace mas de 15 años. El señor Carlos me enseñó de todo, desde expresarme, hablar con más personas, redactar documentos, asumir responsabilidades, me enseñó a ser más organizada, entre muchas otras cosas que se encuentran dentro del trabajo de producción, y al ser una persona tan educada y buena, todo lo que salía de su boca sonaba con gentileza. Creo que esa habilidad no la aprendí, porque en ocasiones hablo sin pensar y lo que sale de mi boca suena peor de lo que había pensado.
Bueno amigos, estos son los maestros que más recuerdo porque enseñaron cosas que me han servido para la vida, dejando de esa manera una huella imborrable en mi historia.
