Pasó mi pronta juventud
y la margarita a todos dijo no.
Quisieron de mí...
carne fresca y joven torso,
otros, mi bella alma
sin por medio negocio.
A todos descarté,
a todos falta encontré,
no corría por nadie sangre azul,
todos fueron ángeles sin alas que ya no quisieron a mí volver.
Hoy sigo aguardando
con las arrugas del tiempo,
sentada y nadie al lado.
Toda la vida esperando
y ya nadie me espera
en su cama,
los príncipes con faltas...
de mí todos han volado.
Poema propio.
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