yo a su vez
nunca le dije que solo por sus vientos mi corazón latía.
Ilusión que nadie me arrebató,
solo el destino me habló
y cogidos de la mano otra cara enamorada descansaba en su mejilla.
Quedó anclado en mi interior
mi único amor y vida.
Fue solo una ilusión
con la que siempre viví y sufrí,
amando a quien no me amó,
y sin querer saber
de ningún otro amarre,
espero a nadie
en el puerto de mi vida.
Poema propio.
Fuente de la imagen:
cedida por su autor.
Maestro pintor... Josep Domènech i Sánchez