VERSIÓN EN ESPAÑOL
Saludos amigos hoy ha sido un día muy especial puesto que tuve la oportunidad de celebrar una Eucaristía en el Colegio Gualdrón de mi ciudad, una obra que llevan las hijas espirituales de la Madre María de San José de la cual tengo mucho aprecio, no solo por ser venezolana y la primera beata de nuestro país, sino porque su testimonio es realmente sorprendente, tanto así que hay una anécdota que es la que inspira el título del presente post y sería muy bien un resumen de lo que fue su vida.
Resulta que el General Juan Vicente Gómez en su presidencia quiso conocer a esa monja que tanto bien había hecho al país por la inmensidad de obras sociales que había realizado, llegado el día dispuesto visita la casa en Maracay donde ella se hospedaba, cuando pregunta quién era la Madre María de San José, y esta le dice "Yo soy" se queda sorprendido y le pregunta cómo había hecho todas esas obras, se las nombró una por una, que si el hospital de San José, el asilo de ancianos, la casa hogar para niños huérfanos, etc. Ella le responde, "Con el favor de Dios mi presidente", este le comenta "Debemos darle gracias al favor de Dios que vista usted un hábito y no un informe porque sino el presidente sería otro."
Con esta respuesta demuestra el presidente de ese entonces su admiración por esta hermana, una monja de 1mt con 40 cm que tanto bien estaba haciendo el país y más allá de eso una mujer que sin recursos pero con una gran confianza en Dios y astucia humana pudo sacar adelante gran cantidad de obras para la atención de las personas más vulnerables: niños, jóvenes, ancianos y enfermos. Por esto la madre María es para mí una Santa que nos muestra como la santidad está en la vida que tenemos, en las obras de bien que realizamos, en la caridad y el amor que cultivamos en los corazones de los demás, la santidad es una vida de entrega desinteresada y confiada en que lo que realizamos por el bien de los demás tiene un sentido, unos frutos de bienestar que se prolongan en el tiempo.
En efecto, como le comenté al principio de este post hoy estuve en una de las obras que fundó la misma madre María de San José, un colegio para la atención de niñas huérfanas o de escasos recursos, este colegio lo llevan hoy las hermanas agustinas recoletas, la congregación que fundó Madre María, de la misma manera en la misma ciudad estas hermanas han empezado a llevar una obra "La ciudad de los muchachos y la chiquillada" donde atienden alrededor de 60 niños también de escasos recursos, de esta manera la obra de la Madre María perdura en el tiempo y sigue haciendo bien a muchas otras personas y, sobre todo, sigue haciendo posible que tengamos fe y esperanza en una humanidad capaz de mirar a su alrededor y dar su aporte a un mundo más fraterno y solidario.
En el proceso más bien formal para elevar a los altares a una persona madre María está aún en la penúltima etapa. Por ello es beata, no obstante es el nombre más adecuado para aquellos que han llegado a lo más alto en lo que es para los católicos el testimonio de una vida de entrega y servicio al prójimo, ya que la palabra beata significa feliz, no nos quepa por lo tanto ninguna duda que la madre María fue muy dichosa en todo lo que hizo, ya que cuando descubrimos que tenemos dentro de nosotros tanto amor y bien para dar y conseguimos los canales propicios para que esto sea una realidad, la satisfacción que se experimenta va más allá de lo imaginable. La madre María fue una mujer feliz por y en las obras que realizó, fue una mujer feliz haciendo el bien al prójimo, fue una mujer feliz porque siempre estuvo dispuesta a que a través de ella el amor de Dios y sentido de la vida llegara a muchas personas, especialmente, para aquellas que se sentían más solas y desamparadas.
Finalmente quisiera resaltar, aunque creo que queda bastante claro en su testimonio,que ser cristiano, la santidad verdadera, no se desvincula de la realidad de la humanidad sufriente, todo lo contrario, mientras más Santo más cercano al dolor de las personas y con más creatividad para aportar nuestro grano de arena en el bienestar de la misma, en efecto la madre María de San José era una persona de profunda oración, especialmente la oración dirigida a Jesús sacramentado en la Eucaristía, pero esta oración la llevaba precisamente a comprometerse más con los necesitados, por ello, cuando le dijeron si quería ser Santa dijo que sí pero una Santa de verdad, no una que se llenara de vanidad, no una que estuviera simplemente en los altares sino una santidad que diera gloria y alabanza a Dios desde las obra de bien hechas por los demás.
ENGLISH VERSION
Greetings friends, today has been a very special day since I had the opportunity to celebrate a Eucharist at the Gualdrón School in my city, a work carried out by the spiritual daughters of Mother María de San José, whom I have a great deal of appreciation for, not only for being Venezuelan and the first beata of our country, but also because her testimony is truly surprising, so much so that there is an anecdote that is the one that inspires the title of this post and would be a very good summary of what her life was like.
It turns out that General Juan Vicente Gómez, during his presidency, wanted to meet this nun who had done so much good for the country for the immense amount of social work she had carried out. On the appointed day, he visited the house in Maracay where she was staying, when he asked who Mother María de San José was, and she replied "I am". He was surprised and asked her how she had done all these works, she named them one by one, such as the San José hospital, the old people's home, the foster home for orphans, etc. She replied, "With God's favor, my president," he commented "We must give thanks to God's favor that you wear a habit and not a report because otherwise the president would be another."
With this answer, the then president demonstrates his admiration for this sister, a 1mt 40 cm nun who was doing so much good for the country and beyond that, a woman who without resources but with great faith in God and human cunning was able to carry out a great amount of work for the care of the most vulnerable people: children, young people, the elderly and the sick. For this reason, Mother María is for me a Saint who shows us how holiness is in the life we have, in the good works we do, in the charity and love we cultivate in the hearts of others, holiness is a life of selfless dedication and trust that what we do for the good of others has a meaning, fruits of well-being that extend over time.
Indeed, as I mentioned at the beginning of this post, today I was in one of the works founded by Mother María de San José herself, a school for the care of orphaned or low-income girls. This school is now run by the Augustinian Recollect sisters, the congregation founded by Mother María. In the same way, in the same city, these sisters have started to run a work "The city of the boys and girls" where they care for around 60 children who are also low-income. In this way, Mother María's work endures over time and continues to do good to many other people and, above all, continues to make it possible for us to have faith and hope in a humanity capable of looking around and making its contribution to a more fraternal and supportive world.
In the rather formal process to elevate a person to the altars, Mother María is still in the penultimate stage. For this reason, she is beata, however, it is the most appropriate name for those who have reached the highest point in what for Catholics is the testimony of a life of dedication and service to others, since the word beata means happy, therefore, there is no doubt that Mother María was very happy in everything she did, since when we discover that we have so much love and good to give within us and we find the appropriate channels to make this a reality, the satisfaction that is experienced goes beyond imagination. Mother María was a happy woman for and in the works she carried out, she was a happy woman doing good to others, she was a happy woman because she was always willing to use her to bring God's love and meaning of life to many people, especially those who felt most alone and helpless.
Finally, I would like to emphasize, although I believe it is quite clear in her testimony, that being a Christian, true holiness, is not disconnected from the reality of suffering humanity, quite the contrary, the more Saintly the closer to the pain of people and with more creativity to contribute our grain of sand to the well-being of the same, in effect Mother María de San José was a person of deep prayer, especially prayer directed to Jesus in the Eucharist, but this prayer led her precisely to commit more to the needy, therefore, when they asked her if she wanted to be a Saint, she said yes but a real Saint, not one who would be filled with vanity, not one who would simply be on the altars but a holiness that would give glory and praise to God from the good works done by others.
