VERSIÓN EN ESPAÑOL
Luego de un fin de semana en un retiro muy provechoso con algunos de los jóvenes de mi parroquia, he caído en cama con una virosis y un malestar general que tenía tiempo que no me había dado, años diría yo, en efecto ahora es que me estoy recuperando y me encuentro con mayor ánimo y energía para retomar mis actividades diarias. No obstante, me hizo reflexionar en la condición humana que entre otras cosas está envuelta en la debilidad, lo cual puede ser visto como algo negativo, personalmente no lo veo así ya que es solo un indicativo de cómo es nuestra constitución y por ello más bien un incentivo para conocernos mejor en nuestra capacidades y límites.
Límites
Las enfermedades son una de las áreas humanas donde nos topamos con nuestras limitantes, en efecto, cuando estamos enfermos no es que no nos provoque hacer nada sino que hasta físicamente se nos hace imposible. Es cuando de manera pura emerge ante nosotros la esencia de la humanidad pues con humildad debemos reconocer que somos personas con muchos sueño, con muchas capacidades, pero que al final estamos siempre en proceso de cumplimiento parcial de estos sueños y de aprovechamiento al máximo y con medida de nuestros talentos.
No debemos sentirnos mal por nuestros límites sino hacer las paces con los mismos puesto que este es el ser humano, alguien que se puede proyectar hasta el infinito pero que da pasos medidos hacia el mismo, lo primero le inspira y lo segundo le hace mantener los pies sobre la tierra, porque la realidad es que muchos de nuestros proyectos por muy ambiciosos que sean en la práctica se van adaptando a la realidad que nos circunda, con lo cual me refiero no simplemente al entorno sino también a las propias capacidades tanto personales como las de aquellas personas que nos rodean y nos apoyan.
Capacidades
Lo anterior puede parecer o sentirse desalentador pero es todo lo contrario porque las grandes capacidades humanas se encuentran envueltas precisamente dentro de ciertas limitaciones. Por ejemplo, en un campo que me apasiona mucho como es la investigación ciertamente el ser humano puede llegar a conocer prácticamente todo lo que se proponga, no obstante, los límites vienen dados por la fuente a las cuales acudamos y hasta por los mismos sesgos que puedan tener las mismas. De la misma manera podemos hablar de un atleta en cualquier deporte, puede tener capacidades de altísimo rendimiento pero siempre va a necesitar descansar para recuperar energía, esto es parte de los límites naturales del ser humano.
Comprender hasta dónde podemos llegar nos hace valorar más precisamente aquello que podemos realizar, incluso cuando nos vemos privado de realizar ciertas cosas, como cuando estamos enfermos, aprendemos a apreciar más las mismas, es aquí donde se aplica el dicho de que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde, aunque sea temporalmente. Fue la experiencia que tuve estos días, por ello, uno de los propósitos sobre lo que he reflexionado estos días es la necesidad de aprovechar el tiempo lo máximo posible pues al final no sabemos hasta cuándo dispondremos de él.
Prioridad del "ser"
Cuando uno está enfermo y quiere hacer muchas cosas se percata de que a veces gastamos mucho tiempo de vida en hacer actividades, organizar cosas, planificar nuestros días, etc, todo lo cual no está mal, al contrario, es muy necesario pues la vida es dinámica y debemos entrar en movimiento continuo para llevar un ritmo adecuado. Lo malo es cuando entramos en un ritmo frenético y dejamos de ver lo que es más importante, esto es, nosotros mismos, nuestro ser, porque al enfocarnos simplemente en el hacer descuidamos el cultivo de nuestro yo personal, de donde precisamente vienen las energías necesarias para afrontar los retos de la vida.
Es por ello que estos días de enfermedad me han servido más bien para reconsiderar la importancia del enfocarse en uno mismo ya que al final somos las personas más importantes para nosotros mismos, y todo lo que realizamos sea grande o pequeño, extraordinario o simple, tiene una densidad de valor cuya base está en la impronta que le ponemos desde nuestro ser, si este ser no está fuerte y sólido todo lo que hagamos serán actividades aisladas y se sentirán como un peso tedioso y hasta imposible de cargar. Por eso al final para el ser humano no es solamente importante lo que realiza sino lo que está expresando en aquello que está haciendo, pues al final la vida se trata de ser un reflejo o una pista totalmente disponible para que cada ser humano despliegue todo lo bello que tiene en su ser.
ENGLISH VERSION
After a weekend at a very productive retreat with some of the young people from my parish, I have fallen ill with a virus and a general malaise that I had not experienced in a long time, years I would say. In fact, I am now recovering and I feel more motivated and energetic to resume my daily activities. However, it made me reflect on the human condition, which is wrapped up in weakness, among other things. This can be seen as something negative, but personally I don't see it that way, as it is just an indication of how we are constituted and therefore more of an incentive to get to know ourselves better in terms of our capabilities and limitations.
Limits
Illnesses are one of the human areas where we come up against our limitations. In fact, when we are sick, it is not that we do not feel like doing anything, but that it is physically impossible for us to do so. It is then that the essence of humanity emerges before us in a pure way, since we must humbly recognize that we are people with many dreams, with many abilities, but that in the end we are always in the process of partially fulfilling these dreams and making the most of our talents, with measure.
We should not feel bad about our limitations but make peace with them, since this is what a human being is: someone who can project himself to infinity but who takes measured steps towards it. The first thing inspires him and the second keeps his feet on the ground, because the reality is that many of our projects, no matter how ambitious they may seem in practice, are adapted to the reality that surrounds us. With this I refer not only to the environment but also to our own personal capacities, as well as those of the people around us who support us.
Capacities
The above may seem or feel discouraging, but it is quite the opposite because great human capacities are found precisely within certain limitations. For example, in a field that I am very passionate about, such as research, it is certainly true that humans can come to know practically everything they set their minds to. However, the limits are given by the sources we turn to and even by the biases they may have. In the same way we can talk about an athlete in any sport: he may have very high performance capabilities, but he will always need to rest to recover energy. This is part of the natural limits of the human being.
Understanding how far we can go makes us value more precisely what we can achieve. Even when we find ourselves unable to do certain things, such as when we are sick, we learn to appreciate them more. This is where the saying applies that "no one knows what they have until they lose it," even if it is temporarily. It was the experience I had these days, therefore, one of the purposes I have reflected on these days is the need to make the most of our time as much as possible, since in the end we do not know how long we will have it.
Priority of "being"
When one is sick and wants to do many things, one realizes that sometimes we spend a lot of time in life doing activities, organizing things, planning our days, etc., all of which is not bad, on the contrary, it is very necessary because life is dynamic and we must enter into continuous movement to maintain an adequate rhythm. The bad thing is when we enter a frenetic rhythm and stop seeing what is more important, that is, ourselves, our being, because by focusing simply on doing, we neglect the cultivation of our personal self, which is precisely where the energy comes from to face the challenges of life.
That is why these days of illness have served me more to reconsider the importance of focusing on myself, since in the end we are the most important people for ourselves, and everything we do, whether big or small, extraordinary or simple, has a density of value whose basis is in the imprint that we put on it from our being. If this being is not strong and solid, everything we do will be isolated activities and will feel like a tedious and even impossible weight to carry. That is why in the end for the human being it is not only important what he does but what he is expressing in what he is doing, because in the end life is about being a reflection or a totally available track for each human being to display all the beauty that he has in his being.
