Moments, from a subjectively metaphysical point of view, could be said - blessed speculation - to be those fragments of eternity that are treasured in the galaxy of memory, making even the apparently banal acquire a hint of greatness, even in that interlude, generally unpredictable, in which they become metaphorical shooting stars that quickly cross the firmament of our memories. They are the backbone of simplicity: that which, even subject to its transience, awakens, with an emotional charge of well-being, a yawn of the spirit.
A good example of this could be that happy moment, in which, satisfied and at the same time, paradoxically fatigued, after an adventure, you sit on a terrace, in front of a good glass of wine and open like a flower to the benefactors. rays of the sun, you let the golden nectar slide gently over your palate, while you feel that time, somehow, has stopped. Perhaps doubt creeps into your thoughts about whether the effort made has been worth it. But you immediately answer yes: that everything that gives you knowledge and helps you continue growing is always worth it. Health!.
Los momentos, desde un punto de vista subjetivamente metafísico, podría decirse -bendita especulación- que son esos fragmentos de eternidad que se atesoran en la galaxia de la memoria, logrando que incluso lo aparentemente banal adquiera visos de grandeza, siquiera sea en ese interludio, generalmente impredecible, en el que se convierten en metafóricas estrellas fugaces que atraviesan raudas el firmamento de nuestros recuerdos. Son la columna vertebral de lo sencillo: aquello, que, aún sujeto a su fugacidad, despiertan, con una emotiva carga de bienestar, un bostezo del espíritu.
Un buen ejemplo de ello, podría ser ese momento feliz, en el que, satisfecho y a la vez, paradójicamente fatigado, después de una aventura, te sientas en una terraza, frente a un buen vaso de vino y abierto como una flor a los benefactores rayos del sol, dejas que el dorado néctar se deslice suavemente por tu paladar, mientras sientes que el tiempo, de alguna manera, se ha detenido. Tal vez en tus pensamientos se deslice la duda sobre si el esfuerzo realizado ha merecido la pena. Pero enseguida te respondes que sí: que todo lo que te aporte conocimiento y te ayude a continuar creciendo, merece siempre la pena. ¡Salud!.
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