Hello, fellow travelers! Today I have the pleasure of inviting you to join me on a tour of the fascinating Havana Club Rum Museum, a place that treasures a large part of the history of the Cuban people, told through a product that has become an essential part of Cuban identity.
Located on Avenida del Puerto, in the heart of Old Havana, this museum is one of those places you can't miss if you want to understand why rum is much more than a drink in Cuba.
The museum occupies a splendid colonial house that in the 18th century was the palace of the Count of la Mortera. Upon entering, its architecture transports you to the past: majestic arches, strong columns, and windows with vibrantly colored stained glass that filter the light like a painting.
As we cross the entrance hall, that reception space typical of old mansions, we are welcomed by La Giraldilla, the symbol of the city and also of the Havana Club brand. It's as if the city itself greets us before we enter the world of rum.
A museum historian welcomes us and guides us through the production process of this emblematic drink. Did you know that Cuban rum is always made from molasses? Unlike other countries, where sugarcane juice or sugar is used, this is one of the differences that makes our rum unique.
During the tour, we see old copper equipment used to distill the aguardiente (the first one arrived in Cuba in 1860), a wooden mill for grinding the sugarcane, and a giant cauldron where the juice was cooked into syrup.
But the real revolution came with the arrival of the railroad in 1837 and steam engines, which revolutionized transportation and the entire sugar production process.
Without a doubt, the most spectacular feature is a gigantic model that recreates a sugar mill in minute detail. Imagine: sugarcane fields, workers cutting sugarcane, workshops, locomotives... and even the batey where the workers lived! The best thing is that the little train works, just like a toy, and seeing it in action is pure childlike joy.
This masterpiece was created by Cuban designer Lázaro García Driggs between 1993 and 1994, and has won awards for its incredible realism.
The tour ends in an elegant bar where we are offered a taste of Havana Club 7 Years. The taste is as authentic as the history we just discovered!
If you visit Havana, I highly recommend checking out this cultural gem. Not only will you learn how rum is made, but you'll also experience the Cuban passion for this tradition in every corner. And of course, you can also take a bottle home as a souvenir.
It's also an excellent opportunity to stroll along the port avenue, sit on its seawall, and watch the ships enter the bay.
See you soon!
Historical data was found on this site.
VERSIÓN EN ESPAÑOL
Museo del Ron Havana Club: Un recorrido al corazón de la cultura cubana
¡Hola, amigos viajeros! Hoy tengo el placer de invitarlos a recorrer conmigo el fascinante Museo del Ron Havana Club, un lugar que atesora gran parte de la historia del pueblo cubano, contada a través de un producto que se ha convertido en parte esencial de la identidad cubana.
Ubicado en la Avenida del Puerto, en plena Habana Vieja, este museo es de esos lugares que no puedes perderte si quieres entender por qué el ron es mucho más que una bebida en Cuba.
El museo ocupa una espléndida casa colonial que en el siglo XVIII fue el palacio del Conde de la Mortera. Solo entrar, su arquitectura te transporta al pasado: arcos majestuosos, fuertes columnas y ventanas con vitrales de colores vibrantes que filtran la luz como en un cuadro.
Al cruzar el zaguán, ese espacio de recibimiento típico de las casonas antiguas, nos da la bienvenida La Giraldilla, el símbolo de la ciudad y también de la marca Havana Club. Es como si la ciudad misma nos saludara antes de adentrarnos en el mundo del ron.
Nos recibe una historiadora del museo y nos guía para contarnos el proceso de la producción de esta bebida emblemática. ¿Sabían que el ron cubano siempre se elabora a partir de melaza? A diferencia de otros países, donde se usa jugo de caña o azúcar, esta es una de las diferencias que hace único nuestro ron.
Durante el recorrido, vemos antiguos equipos de cobre usados para destilar el aguardiente, el primero llegó a Cuba en 1860, un trapiche de madera para moler la caña y una paila gigante donde se cocinaba el jugo para convertirlo en sirope.
Pero la verdadera revolución llegó con el ferrocarril en 1837 y las maquinas a vapor, que revolucionó el transporte y todo el proceso de producir azúcar.
Sin duda, lo más espectacular es una gigantesca maqueta que recrea un central azucarero con todo lujo de detalles. Imagínense: cañaverales, obreros cortando caña, talleres, locomotoras… ¡y hasta el batey donde vivían los trabajadores! Lo mejor es que el trencito funciona, como si fuera un juguete, y verlo en acción es pura alegría infantil.
Esta obra maestra fue creada por el diseñador cubano Lázaro García Driggs entre 1993 y 1994, y ha ganado premios por su increíble realismo.
El recorrido termina en un elegante bar donde nos ofrecen degustar el Havana Club 7 años, ¡El sabor es tan auténtico como la historia que acabamos de descubrir!
Si visitas La Habana les recomiendo conocer esta joya cultural. No solo aprenderán cómo se hace el ron, sino que sentirán en cada rincón la pasión cubana por esta tradición. Y claro, también se pueden llevar una botella como suvenir.
También es una excelente oportunidad de pasear por la avenida del puerto, sentarse en su malecón y observar el movimiento de los barcos entrando en la bahía.
¡Hasta pronto!
