The city and much of the surrounding area have been left without electricity due to a problem at the hydroelectric plant. As the hours pass and night falls, despair takes hold of the inhabitants.
The heat is strong, and the mosquitoes take advantage of the darkness to feed.
Amelia is waiting for your children Mary and Andres, who were working at their hamburger stand. Standing in the doorway of the house, she hits a fan hard to ward off the heat and the mosquitoes. She shines a flashlight down the street where she sees people walking home.
It's a good thing I don't have small children; the mosquitoes bite them a lot, poor babies!. And how will the hospitals do it? I imagine they have an electric plant.
The hours go by, and Andres and Mary have not arrived. They are walking along the subway line with other passengers. The train left them stranded before reaching the second station, miles away. They light up with the flashlights on their telephones. The darkness is absolute, not even the emergency lights are working.
"What happened, Andres? He looks in the phone; mine is already downloading."
A man who was ahead tells him without turning his head.
"It seems that a meteorite fell near the power station and half the country went dark."
"A meteorite!" Andres' expression was one of astonishment. "And how strange that they haven't said anything on the news. How do you know?"
That was said by the driver of the train. That information was sent to him by radio.
"How absurd! It should have been on the news by now. At least a photograph or a video. I don't believe that."
"Don't be so incredulous! It can happen."
And the man kept walking close to the rock wall; any stumble, and he would fall into the train lines.
A young girl who was walking behind with her little sister, about ten years old, said to them.
"Yes, it's true; they showed me a video of the meteorite falling."
"Let me see it." Mary asked for the phone.
The video showed a girl celebrating her birthday and the flash of the meteorite illuminating the night.
"That happened last year, and it was at night. Here, the power went out at 5 pm."
"Well, this video is already trending. Look at the amount of views it has."
"This must be a joke! But how can you believe this? You have to think, Don't be such an empty coconut."
"Mary, you have to keep an eye on the road; it's not worth arguing; she only believes what she sees on the networks."
Mary kept muttering as they walked. What was happening was very strange; why wasn't the government saying anything? It should have informed people by now.
When they reached a station, Andrew grabbed her hand, and they walked up the stairs to the surface.
The avenue was full of people singing and dancing to the music of a salsa band. Emergency lights illuminated the plaza. There were street vendors.
On a giant screen, the mayor of the city transmitted a message to the population.
The main power plant in the south of the country has suffered a breakdown in the line that distributes electricity to this region. Several iguanas bit the wires, causing short circuits. The video showed the charred bodies of the animals. But don't worry, we are working to get your electricity service back online. And while you wait, we have organized these street parties. You can have fun, and you will be taken care of by the police.
Andres and Mary couldn't take their eyes off the people dancing and eating, like it was nothing.
"Andres, this is balderdash! How can they believe that some iguanas broke the wires? It doesn't make any sense. And as this", she pointed to the crowd, who were having fun as if they were puppets moved by invisible hands.
"Come on, sister." Andres' face, with its serene look and leisurely gait, took her away from there. "Remember that things we cannot control must be let go. The best thing to do is to get to the house, where mother is waiting for us."
They continued walking through the dark streets. In the background could be heard the music and the shouts of people who, detached from reality, were having fun.
When they arrived home, their mother was waiting for them.
"Children! I'm glad you're home; I was worried. Let's go inside. What have you heard in the streets?"
Mary, sitting on the chair and taking off her shoes, said.
"Mom, you wouldn't believe everything we heard and saw on the way home, from a meteorite falling to iguanas that are to blame for this blackout and people celebrating in the streets that we don't have electricity. It is the most absurd thing I have ever witnessed in my life."
The blackout lasted three days, and during that time, while part of the city celebrated under the strings of their puppeteers, others tried to continue their lives without the comfort that electricity provided.
Thank you very much for reading my fiction story
El Apagón
La ciudad y gran parte de sus alrededores, se han quedado sin electricidad por un problema en la planta hidroeléctrica. Mientras las horas pasan y llega la noche, la desesperación se apodera de los habitantes.
El calor es fuerte y los mosquitos se aprovechan de la oscuridad para alimentarse.
Amelia está esperando a sus hijos Mary y Andrés, que estaban trabajando en su puesto de hamburguesas. Parada en la puerta de la casa, le da con fuerza a un abanico para espantarse el calor y los mosquitos. Con una linterna alumbra la calle por donde ve a las personas caminando hacia sus hogares.
Menos mal que no tengo hijos pequeños, a ellos los mosquitos los pican mucho, ¡pobres bebés! ¿Y cómo harán los hospitales? Me imagino que tienen planta eléctrica
Las horas pasan y Andrés y Mary no han llegado. Están caminando por la línea del metro junto a otros pasajeros. El tren los dejó varados antes de llegar a la segunda estación, a kilómetros de esta. Se alumbran con las linternas de los teléfonos. La oscuridad es absoluta, ni siquiera funcionan las luces de emergencia.
—¿Qué habrá pasado Andrés? Busca en el teléfono, el mío ya se está descargando.
Un señor que iba adelante, le dice sin voltear la cabeza.
—Parece que cayó un meteorito cerca de la Estación de electricidad y la mitad del país se quedó a oscuras.
—¡Un meteorito! —La expresión de Andrés era de asombro. —Y qué raro que no han dicho nada en las noticias. ¿Cómo lo sabe?
—Eso lo dijo el conductor del tren. Le enviaron esa información por radio.
—¡Qué absurdo! Ya debería haber salido en las noticias. Por lo menos una fotografía o un video. Yo no creo eso.
—¡No seas tan incrédulo!! Eso puede ocurrir.
Y el señor, siguio caminando pegado a la pared rocosa, cualquier tropiezo y caería a las líneas del tren.
Una jovencita que iba atrás con su hermanita como de diez años, les dijo
—Si es verdad, a mí me pasaron un video del meteorito cayendo.
—Déjame ver.—Mary le pidió el teléfono.
En el video se veía a una niña celebrando su cumpleaños y el destello del meteorito iluminando la noche mientras caia.
—Eso ocurrió el año pasado y era de noche. Aquí la electricidad se cortó a las 5 de la tarde.
—Pues este video ya es tendencia. Mira la cantidad de vistos que tiene.
—Pero, ¿cómo puedes creer esto? Tienes que pensar, no seas tan coco vacío.
—Mary, tienes que estar pendiente del camino, no vale la pena que discutas, ella solo cree lo que ve en las redes.
Mary siguió murmurando mientras caminaban. Lo que estaba ocurriendo era muy extraño. ¿Por qué el gobierno no decía nada? Ya debería haber informado a la gente.
Cuando llegaron a una estación, Andrés la agarró de la mano y subieron las escaleras hasta salir a la superficie.
La avenida estaba llena de gente que cantaba y bailaba al son de la música de un conjunto de salsa. Unas luces de emergencia alumbraban la plaza. Había vendedores ambulantes.
En una pantalla gigante, el alcalde de la ciudad transmitía un mensaje a la población.
*La principal central de electricidad al sur del país ha sufrido una avería en la línea que distribuye la corriente eléctrica a esta región. Varias iguanas mordieron los cables, produciendo cortocircuitos. En el video se mostraban los cuerpos carbonizados de los animales. Pero no se preocupen que estamos trabajando para que tengan de nuevo servicio eléctrico. Y mientras esperan, hemos organizado estas fiestas en las calles. Pueden divertirse y no se preocupen serán cuidados por la policía.
Andrés y Mary no podían quitar la vista de las personas bailando y comiendo, como si nada.
—¡Andrés, qué locura es esta!, cómo pueden creer que unas iguanas rompieron los cables. No tiene sentido. —Y como esto señaló la muchedumbre, que se divertían como si fueran unas marionetas movidas por unas manos invisibles, —pueden estar allí tan tranquilos con la ciudad paralizada.
—¡Vamos, hermana!. —El rostro de Andrés, con su mirada serena y su andar pausado, la alejó de allí. —Recuerda que las cosas que no podemos controlar hay que dejarlas ir. Lo mejor es que lleguemos a la casa, donde mamá nos está esperando.
Continuaron caminando por las calles oscuras. Al fondo se escuchaba la música y los gritos de las personas que, alejadas de la realidad, se divertían.
Al llegar a su casa, su madre los estaba esperando.
—¡Hijos!, que bueno que llegaron, estaba preocupada. Vamos a entrar. Que han escuchado en las calles.
Mary, sentada en la silla y quitándose los zapatas, dijo con una voz cansada.
—Mamá, no creerías todo lo que escuchamos y vimos camino a casa, desde que cayó un meteorito hasta unas iguanas que son las culpables de este apagón y la gente celebrando en las calles que no tenemos electricidad. Es lo más absurdo que en mi vida he presenciado.
El apagón duró tres días, y durante ese tiempo, mientras parte de la ciudad celebraba bajo los hilos de sus titiriteros, otros intentaban continuar sus vidas sin la comodidades que proporciona la electricidad.
Muchas gracias por leer mi historia de ficción.
La traducción del texto al inglés la realicé en www.deepl.com