Así de inmeso puede ser tu éxito. Pero lo pierdes todo al decirte "no puedo", "no soy capaz", "no tengo ganas ni tiempo", "tengo miedo", "voy a fracasar", "no es lo mio", "corro mucho riesgo", "no soy lo suficientemente competente".
Así vivas debajo de un puente, todo alrededor de ese puente serán oportunidades si mirás a las circunstancias, a las personas, al mundo a través de los ojos de la inteligencia y la sabiduría. Porque el único incompetente es aquel que tiene su mente y su corazón perdidos en la blasfemia del conformismo, de la pereza, de la falta de acción.
Ponte objetivos claros, acciónalos, aprende, cáete y levántate otra vez. Así llegarás al éxito.