Sucumbo ante su mirada que me traspasa durante cada exposición que hace. El con dos títulos universitarios y un post grado, no sabe lo mucho que me excita observarlo desarrollar los temas que se supone debo aprender.
Cruzo las piernas en clase, mientras me imagino las proporciones de su miembro viril y observo fijamente el bulto que se encuentra entre sus piernas, estaría encantada de conocer mas de cerca que secretos se esconden debajo de ese pantalón, y el pasa por un lado explicando la clase, inocente de todo.
Muchas son las noches que le he dedicado, y serán muchas mas si este deseo no se ve saciado. Conozco jóvenes de mi edad, pero estos no me ofrecen lo que veo en mi profesor. A todas estas siempre me acuesto con ellos, solo para imaginar que estoy haciéndolo con el y aun eso no me basta.
Son pocas las charlas que entablamos a lo largo de las clases, se resume en puros formalismo de alumno y profesor. Pero yo solo deseo que todo llegue a otro nivel, uno en el que con un guiño ambos nos adentremos en su oficina y sucumbamos ante la furia que guarda nuestra carne.
Es demasiado disciplinado y respetuoso lo que me anima aun mas a quererlo corromper. Lo anhelo, quiero tenerlo para mi, y enseñarle algunas cosas que como profesor nunca ha visto en su vida.
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