En estos últimos años hemos visto el incremento de esta acción violenta en gran parte de nuestra Latinoamérica.
Se dice que una desaparición forzada es cometida por agentes del estado o personas que actúan en su nombre, las personas desaparecen de entre sus seres queridos, detenidas en la calle o en su casa y después estos entes niegan o rehúsan decir donde se encuentran. Frecuentemente estas personas no son puestas de nuevo en libertad o no llega a conocerse su suerte.

Este perverso mecanismo se usa para sembrar terror en la sociedad, todo esto no solo afecta a los familiares de las personas desaparecidas, sino que también afecta de manera contundente a las comunidades y sociedades. Se ha convertido en un problema mundial del que cualquier ser humano puede ser objeto.
Cada desaparición forzada viola los más sagrados derechos humanos, gobiernos de todo el planeta podrían tener a centenares de personas recluidas en secreto o haberlas asesinado.
El caso de México es uno de los más graves 43 estudiantes en una protesta contra reformas educativas fueron allanados por la policía y hombres armados, 2 años después solo se encontró el cuerpo de 1 de ellos, los 42 restantes son de paradero desconocido.

Pero voy a enfocarme en un caso reciente ocurrido en mi país Venezuela el cual es uno de los países con más índices violentos del continente, hace algunas semanas un periodista grafico de nombre Jesús Medina hizo un reportaje sobre la cárcel de Tocorón, donde evidenciaba los grandes privilegios con los que cuentan los pranes así es como se llama a los delincuentes con más alto rango en el país, y donde el reportaje se veía el más alto grado de corrupción del régimen actual permitiendo a los presos disfrutar de privilegios y comodidades como discoteca, área de conciertos, licorería, antenas satelitales y hasta parques infantiles, aquí les dejo un enlace del reportaje:
Para no desviarme del tema luego de la publicación de ese reportaje, el reportero Jesús Medina recibió varias amenazas y el sábado 4 de noviembre de este año en curso amigos del periodista recibieron un mensaje de alerta desde el teléfono que lo habían agarrado, pero eso fue todo lo que pudieron detallar, a lo largo de todos estos días no se sabía nada del periodista y gran parte de sus conocidos y la sociedad civil entraron en máxima preocupación por la desaparición de Medina.

El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa hizo reiterados llamados por diferentes medios y redes sociales alertando la desaparición del periodista.
El lunes en horas de la noche Jesús Medina fue encontrado en el kilómetro 1 de la carretera Caracas – La Guaira en ropa interior golpeado y desorientado. El reportero estuvo 4 días desaparecido, Jesús expreso que lo tenían en cautiverio en una habitación sin agua, luz, ni comida y agrego que lo volvieron a amenazar de muerte.
Mucha gente comenta y señala con gratitud que gracias a Dios que apareció vivo y es cierto, en una sociedad corrompida y tan violenta es una suerte desaparecer y luego aparecer con vida, pero como ciudadanos debemos exigir y buscar mecanismos para que se castiguen estos actos atroces que destruyen familias y resquebrajan sociedades, toda esta lucha debe darse a nivel mundial sobre todo en los países como Venezuela donde no se cumplen las leyes solo la usan los actores políticos corruptos para su propia conveniencia.

Un estado, un país, una nación son en su mayoría conformado por ciudadanos, el hacer y exigir la mayor cantidad de mejoras es una obligación para todos, no debemos permitir que el abuso de poder cercene las libertades, en el caso de Jesús Medina solo estaba cumpliendo con su trabajo donde con su reportaje dejo en evidencia una gran denuncia de la grave corrupción que hay en el centro penitenciario de Tocorón, en este caso donde están las autoridades? La ministra de prisiones Iris Varela claramente es cómplice de lo que sucede en ese centro penitenciario al permitir toda clase de privilegios en esos recintos.
La desaparición forzosa en muchos estados es parte de una política sin escrúpulos donde estos gobernantes actúan como monstruos sin piedad ante los ciudadanos que denuncian y protestan, no se pueden violar los derechos de ningún individuo, la única manera de avanzar como civilización es lograr restringir todos estos actos violentos por medio de auténticas leyes en contra de estas conductas violentas hacia los soberanos para poder alcanzar el verdadero status de seres humanos integrales donde existan valores y derechos por la vida.