Estudios demuestran que proveer al niño de un entorno afectivo adecuado es esencial para su desarrollo emocional. A muchos padres les resulta difícil pasar tiempo con sus hijos, a unos porque sencillamente no les gusta, mientras que a otros se les dificulta por sus extensas jornadas laborales, (yo particularmente como madre disfruto al maximo cada etapa y cada momento en la vida de mi hijo).

La afectividad en el transcurso de los primeros años de vida de un niño constituye un punto muy importante, recordemos que las emociones y los sentimientos de una persona se encuentran presentes a lo largo de toda su vida, se debe tomar conciencia de que lo esencial del desarrollo de su inteligencia y personalidad ocurre antes de los 5 años, pues de ello dependerá su comportamiento en la etapa adulta.

Es por esta razón que es necesario resaltar o hacer hincapié en la importancia que tiene crear para nuestros hijos un ambiente confortable, lleno de amor, cariño y gratos momentos, un ambiente donde podamos mantenernos muy cerca de ellos constantemente (el contacto físico es indispensable). Todo esto les creara seguridad, regulara sus emociones, capacidad de autocontrol, favorecerá su sociabilidad y les ayudara a prevenir trastornos durante la etapa de la adolescencia.

Toda carencia afectiva es fuente de derroche de potencialidad y le quita a un niño posibilidades de felicidad, lo que terminara repercutiendo en los procesos mentales y conductas sociales en años posteriores, pues pasados los 7 años de edad es muy tarde para tratar de compensar las frustraciones por las que ha pasado este niño durante sus primeros años de vida.