Hace días tuvo lugar el primer partido del mundial de Rusia 2018. Rusia vs Arabia Saudita y se tomó una fotografía que de seguro muchos han visto.

Esta fotografía me cautiva mucho, me hace recordar que todos somos iguales.
El ser competitivo corre por nuestras venas, todos queremos ser el mejor en lo que hacemos, pero sin dejar de lado el respeto a nuestros hermanos.
Ser rivales y ser enemigos son cosas absolutamente distintas.
Ser enemigos implica odio, desamor, desequilibrio, humillar e ignorar los sentimientos de los demás.
Ser rivales significa competencia, dar lo mejor compitiendo contra alguien, respetando sus creencias, su color, su nacionalidad. Sin odio, sabiendo que ambos se esfuerzan por lo mismo, ser el mejor.
Todos somos absolutamente iguales, todos somos hermanos, unirse es de las tareas más difíciles, pero también la más necesaria para ser el mejor, el respeto nos hace mejores, y el amor nos hace felices, basta de tanto odio y de racismo.