“Abandono: acción y efecto de abandonar.”
Muy esclarecedor verdad. Después de tan amplia definición, usted, que está leyendo esto puede ir a aconsejar a cualquiera que crea que está sufriendo de abandono. Seguro podrá identificar si uno de sus amigos esta pasando por esta etapa ya que siguiendo la lógica de la real academia usted podrá notar como el otro sujeto se siente abandonado.
Ahora sí, como seguro no entraron a este post a leer como me quejo de las definiciones de la RAE, les cuento, no soy una gran estudiosa del tema, digamos entonces, que esta es una receta que he conseguido a lo largo de los años por conocimiento empírico. O como dirán muchos por experiencia.
Ingredientes:
450 gr de azúcar
250 gr de harina de trigo leudante
250 gr de chocolate oscuro
180 gr de mantequilla
20 gr de cacao en polvo
6 huevos pequeños
Vainilla
120 gr de nueces
Preparación:
- Bata las claras huevos a punto de nieve. (Procure hacerlo a mano para drenar toda la rabia que tiene porque lo abandonaron), agregue la azúcar, las yemas y la vainilla y mezcle.
- Coloque todas sus lágrimas en una olla, si hiciera falta agregue agua y luego coloque el chocolate y la mantequilla a derretir en baño de maría, cuando este derretido como sus sentimientos, baje del fuego y agregue a la mezcla antes preparada.
- Cierna la harina y el cacao, con vigor. Después agregue al boldo donde ha estado mezclando, y bata como si acariciara por última vez al que lo abandono.
- Por ultimo agregue las nueces trituradas como si fueran chispas de deseo, sabiendo que al fundirse con la mezcla sus deseos por esa persona, se unirán a una cosa pastosa, de apariencia extraña.
- Vacíe la mezcla en un molde para tortas, de preferencia cuadrado. Use la paleta dedo mágico o su propio dedo, para verter hasta las últimas ganas que tenía de ir a buscar a la persona que lo abandono.
- Precaliente el horno a 200 °C y luego que sienta que sus esperanzas pueden ser quemadas, coloque el molde dentro por aproximadamente 20 minutos. Luego con mucho cuidado, saque un poco el molde, clave un cuchillo como si fuese el corazón del susodicho y si sale limpio su dulce está listo.