confía en los paso que das, y sube un escalón,
sube dos, sube tres, sigue subiendo,
a paso firme y sosteniéndote siempre en buen pie de apoyo,
escala y sigue adelante,
no desesperes, adelante con la cabeza en alto,
y así sube y sigue subiendo,
a la cima soñada, a la cumbre de tu ser.
de ir hacia la cima, de ir otro escalón arriba, y solos nos entregamos al descenso,
al frío abismo del cual habíamos empezado a emerger,
de ese confín abstracto donde ninguna idea poseía sentido,
donde ninguna luz de esperanza te haría salir,
te haría siquiera dar ese primer paso,
donde nada absolutamente nada, te haría subir,
y peor ahora, que el descenso se ven tentador,
invadido por la añoranza de solo dejarse caer.
de todos los sentidos posibles, uno solo es valedero,
es que lo más también es el fin, y el comienzo es el fin,
pero el verdadero final, donde todo acaba, será esa vez donde todo comienza,
donde tu decidas el límite,
donde el cielo y tus dedos, bailan al fino rose de la cima.
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