Se dice que comer es uno de los placeres más grandes de la vida, pero lo mejor de todo es preparar la comida con nuestros hijos.

No hay nada más bonito que compartir tiempo con ellos, especialmente cuando están pequeños debido a que su personalidad se está formando, esto les da confianza en sí mismos y les crea confianza en ti, ya que aumenta la comunicación que existe en ambas partes.
Involucrar a los niños en la cocina, nos fortalece como familia, creando un vínculo mucho más fuerte. Cada actividad que hagamos con ellos aumenta su seguridad, pero sobretodo podemos demostrar nuestro amor como padres guiándolos y señándolos hacer cosas nuevas que lo ayuden a crecer, demostrándoles amor.
Que nuestros hijos nos ayuden a cocinar es favorable para ellos debido a que aprenden a seguir instrucciones y a ser responsables cada vez que tengan que hacer una receta paso a paso y estar pendientes de su cocción, ya que esto normalmente es trabajo de los adultos. Ellos empiezan a ver la tarea de cocinar como una manera de involucrarse en las labores de la casa.

De igual manera, a la hora de crear sus platos favoritos, en su mayoría dulces o postres, aumentan su creatividad y lo podemos observar en la forma como aportan ideas en el momento de decorar los platos, las galletas o las tortas.
Mi hija y yo normalmente hacemos galletas todos los domingos, es como una tradición, aquí les dejo una receta súper fácil y rápida de preparar:
1 taza de harina
1 taza de azúcar
¼ de mantequilla
Un poco de vainilla
Primero pones el horno a calentar a 180°, luego, unes la azúcar con la mantequilla hasta tener una mezcla homogénea, le agregas vainilla a tu gusto y luego la harina. Lo vas amasado hasta que todos los ingredientes se unan.
Luego, metes la masa a la nevera por 10 minutos. Al sacarla, la aplanas con un rodillo, y con un molde de galletas vas cortando la masa, (si no tienes moldes puedes usar una taza pequeña).
Las colocas en una bandeja y las introduces al horno por 20 minutos. Al sacarlas espera que se enfríen y listo las puedes comer y disfrutar en familia.

Recuerda, cada momento que tengas junto a tus hijos, es un recuerdo imborrable para ellos, vale más ese tiempo que le dedicas que cualquier otro regalo material.

“Cocinar es un acto de amor”. Laura Esquivel, autora del libro "Como agua para chocolate".
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