Quizás te ha pasado que tratando de leer El Ingenioso Hidalgo de Don Quijote de la Mancha (mejor conocido como Don Quijote) encuentres muchas partes inentendibles, es más resulta curioso que siendo esta una de las obras más emblemáticas de nuestro distintivo castellano podamos entender a medias sus frases apenas rozando el verdadero significado.
La obra maestra de Miguel de Cervantes fue publicada entre 1605 y 1615 con un castellano muy rico y lleno de técnicas de narración dignas de la admiración de los mejores escritores de la historia, pero para comprender el origen de nuestras incertidumbres debemos tener en cuenta un factor determinante: Nuestro castellano cambió.

En sólo aproximadamente 400 años nuestro idioma evolucionó, transformando palabras, frases, dichos y hasta significados en cosa del pasado. Palabras como
"Ardaga" han sido sustituidos por "Escudo" o expresiones como
"De halgas o por mangas" por "Una u otra forma" son muestra de la evolución de nuestro idioma con El Quijote como punto de referencia.
Hay que tener en cuenta que La Real Academia Española es famosa por actualizar constantemente su diccionario y agregar términos nuevos que de manera contínua modifica nuestro lenguaje sin que lo notemos, dato considerable teniendo en cuenta que nuestra lengua es la segunda mas hablada en el mundo (por detrás del mandarín) con cerca de 400 millones de hispanoparlantes repartidos entre España y todo el continente americano en su mayoría.

Nuestro pasado nos invita a descifrar nuestro futuro de la mano del mas grande ilustre de la lengua castellana, y quien sabe si a futuro este post sea tan incomprensible como:
"Muchas veces te he aconsejado que no seas tan pródigo en refranes, y que te vayas a la mano a decirlos, pero paréceme que es predicar en el desierto, y castígame madre, y yo trónpogelas"
Por suerte contamos con ilustres que lograron descifrar el ambiguo castellano de Cervantes y nos traducen terminos ya inexistentes en nuestro diccionario como "trómpogelas". En el castellano actual sería:
"Muchas veces te he aconsejado que no seas tan pródigo en refranes, y que te sujetes, pero me parece que es predicar en el desierto, y riñeme mi madre, por un oído me entra y por otro me sale".