Se han preguntado si todas aquellas historias escuchadas, leídas o contadas por algún amigo una noche de vacaciones tienen algo de real, la cita que comparto esta noche es extraída de una vieja enciclopedia que tengo en casa. Posee una extraña categoría en su indice, casos y cosas inexplicables, llamo mi atención la primera vez que la eche una ojeada, fui a la pagina donde encontré la primera de estas magnificas lecturas. ya terminada me dejo pensado bastante. La traigo a Steemit para salvarla del olvido y otros curiosos a los inexplicable como yo puedan asombrarse un poco, ahora si para no darle tantas vueltas al asunto, comencemos.
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En la sierra del estado de Nuevo León, que colinda con el estado de Tamaulipas, México, nos encontrábamos perforando unos enormes peñascos para introducir cartuchos de dinamita -comenta don Andrés T.-, pues nuestro trabajo era preparar el camino para que pudiera entrar la maquinaria hidráulica y construir una carretera.
Ya llevábamos buen tramo volando peñas con dinamita, cuando cerca del atardecer, descansamos para revisar el plano y localizar los señalamientos puestos por el ingeniero de la compañía. Repentinamente empezamos a sentir cómo temblaba la montaña, pero sólo a un diámetro de 50 metros. A unos 20 pasos de donde estábamos, comenzó la tierra a ponerse de color rojo encendido; por precaución nos retiramos un poco de aquel sitio que empezó a hacer remolino a la vez que emitía un sonido sordo como taladrando la roca, que se volvía luminosa; muchos de la cuadrilla se echaron a correr, pero nos quedamos unos diez personas observando aquel fenómeno.
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De la tierra brotó una especie de capelo que transportaba a cinco seres; uno, el más alto, venía en el centro, mientras que los otros cuatro estaban colocados a cada esquina armados con unas extrañas herramientas. El personaje del centro alzó los brazos al nivel de los hombros. Vestía una capa larga color tornasol y un traje tipo astronauta de color vino con dibujos como mapas luminosos, y dijo "No son los de arriba, no son los de abajo, los que están en medio lo pagarán". Dichas estas palabras, aquellas especie de burbuja se fue hundiendo en la hierra sin dejar huella. aterrados, recogimos las herramientas y regresamos al campamento a comunicarle al ingeniero lo que habíamos experimentado, a lo que contestó: "¡Están locos! ¿Son una bola de supersticiosos inútiles! Mañana mismo regresan a trabajar".
No tuvimos más remedio que regresar al día siguiente a aquel lugar, pero con tanto nerviosismo olvidamos el plano, por lo que enviamos a dos hombres a recogerlo. Cuando llegaron al remolque del ingeniero, allí estaba el plano, el jeep del ingeniero, pero el no apareció por ningún lugar; lo más raro del caso fue que el mismo plano con el que trabajábamos tenía la ruta marcada con una variante de noventa grados, y el ingeniero nunca apareció
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Fue genial la primera vez que leí ese caso, tras mudarme a un nueva casa tras el divorcio de mis padres saque los libros de las viejas cajas donde estaban, fue un momento de tranquilidad tras ese cambio de entorno tan repentino, confió es ustedes para que la lean completa. hasta pronto.
John F. Kennedy
(1917-1963)
La realidad suprema de nuestro tiempo es [...] la vulnerabilidad de nuestro planeta.Discurso, 28 de junio de 1963