Como podrán darse cuenta no soy un padre tradicional ya que mis 3 hijas no son humanas; mis tres niñas son dos perritas y una gatita a las que amo con todo mi ser, mi amor por ellas es tan grande como el amor que siento por mis padres o mi esposa y los momentos que comparto con mis niñas son tan gratos como los momentos que comparto con cualquier otro miembro de mi familia o mis amistades más cercanas emocionalmente.
Me considero un padre amoroso y tengo una excelente relación con cada una de mis hijas, al mismo tiempo también les doy educación y disciplina para que sepan cómo comportarse en la casa, y en la calle cuando salen a pasear. Cuando las menciono digo sus nombres en orden de edad (pues todas tienen la misma importancia para mí) lo mismo he hecho al colocar las fotografías; Princesa es la mayor, Bárbara la hermanita de en-medio y Batak es la menor de mis hijas:
Princesa
Ella es la mayor de mis hijas, actualmente tiene 11 años y en Diciembre de este 2018 cumplirá sus 12 años. Llegó a mi vida en Febrero del 2007, cuando uno de mis tíos me la regaló; por aquel yo estaba decidido a no compartir mi vida con otro can, pues por ese entonces convivía con Cayo (uno de mis perritos que actualmente no se encuentra conmigo y a quien recuerdo con mucho cariño) y no deseaba tener otro perrito. Sin embargo mi tío igualmente trajo a Princesa, al verla por primera vez Princesa ganó mi corazón con sus ojos, su bello pelaje y, sobre todo, su enorme capacidad para dar afecto; por lo que decidí quedarme con esta pequeña bolita de pelos.
Cabe mencionar que Princesa es una Ovejera Inglés, una raza de perros que no es muy común en Venezuela y que requiere muchos cuidados con respecto a su pelaje. Esta raza también es muy susceptible a sufrir de miasis (gusaneras) y artritis por lo que requieren de estar en ambientes limpios y hacer ejercicio periódicamente.
Contrario a lo que se suele creer, no todos los perros que pasan los 10 años de edad se vuelven sedentarios; a Princesa le encanta salir a pasear, corre detrás de la gente que trota y siempre está dispuesta a hacer nuevos amigos (humanos, caninos o felinos). Todos los días entre las 4:30 y 5:00 p.m. Princesa vigila con cuidado todos mis movimientos, pues casi todas las tardes salimos a pasear y ella no se quiere quedar por fuera de este paseo crepuscular.
Todos los días le doy gracias a Dios por verla en tan buenas condiciones, me siendo Bendecido y Afortunado de tenerla en mi vida, y de que ella desborde tanta Vitalidad. Soy Feliz viéndola correr y compartiendo con su hermana Bárbara, soy muy Feliz sabiendo que tiene una vida plena y que disfruta cada momento que compartimos juntos; y francamente no quiero que eso cambie nunca.
Con Princesa tengo una relación muy especial desde siempre, inclusive de entre los demás miembros de mi familia soy a quien más escucha y obedece; a mí me basta con entonar su nombre y ella viene enseguida, no le gusta bañarse pero sin embargo la tengo que bañar muy seguido (mínimo 2 veces al mes) porque su pelaje es muy absorbente y se ensucia con mucha facilidad.
Bárbara
Un buen día, entrevistamos a un Médico veterinario llamado Edgar Ayala para hablar sobre el cuidado de los cachorros, en ese momento la pequeña Bárbara (quien era una de las muchas crías de una perrita del Dr. Ayala) fue la modelo y luego de la entrevistas quedó muy apegada a mí; por lo que el Dr. nos dijo "será mejor que te la quedes".
Decidí llevarla a casa y ahora tenemos 6 años con ella. Mi niña Bárbara es una mezcla de Fila Brasileña con otra raza (posiblemente labrador) por ello tiene prácticamente la misma altura que Princesa, y no es tan alta como otros perros de raza Fila.
Hace aproximadamente un año Barbara se vio muy mal por el Piómetra, una terrible infección que afecta el útero de las perritas y cuyo único tratamiento posible es remover por cirugía el útero infectado; por ello se recomienda extraer el utero y los ovarios (histerectomía) después del primer o segundo celo si no se le pretende sacar cría a la perrita, par evitar esta peligrosa infección que puede ser mortal.
Bárbara entró a cirugía con las plaquetas bajas, y la infección comprometía parcialmente los riñones y el hígado (debido a que está infección también puede conminar otros órganos a través del torrente sanguíneo).
Gracias a Dios Bárbara pudo ganar la lucha y quedarse conmigo y mi familia. Ella siempre nos ha demostrado un gran amor, no le gusta estar sola; siempre nos busca y se acuesta cerca de donde estamos nosotros.
También es muy activa y celosa con nuestro hogar; sus ladridos y su porte son muy imponentes. Yo pienso que ese amor que nos tiene Barbara fue muy importante a la hora de luchar por su propia vida y por quedarse en esta tierra junto a nosotros.
Me alegra verla correr y jugar con los nuevos amigos y amigas que hace cuando salimos a pasear, me encanta que me mueva el rabo cuando llegó del trabajo y que me reciba con la alegría que le es tan característica.
Batak
La menor de mis hijas llegó sorpresivamente una noche de lluvia; mis padres la encontraron siendo muy pequeña abandonada en un estacionamiento. Batak es una gata muy tranquila y silenciosa, pero aquella su deseo por encontrar un hogar se manifestó en un fuerte maullido; mis padres la escucharon y al verla la cargaron para traerla a casa.
La idea era acoger a la gatita por una noche y luego conseguir un hogar, sin embargo desde el momento en que esta criatura llegó a mis brazos yo tuve otros planes; me encariñé inmediatamente con Batak, la primera noche que pasó en mi casa durmió en mi cama (donde todavía duerme en la actualidad).
Al día siguiente le conseguimos un hogar con dos vecinos que querían tener un gato, pero no tardaron mucho en devolverla porque no podían encargarse de ella; hoy en día le agradezco enormemente a Dios que así hayan sucedido las cosas, pues Batak se quedó a mi lado, que en mi opinión es a donde el destino la había traído.
Soy muy feliz con Batak e igualmente sus hermanas Princesa y Bárbara mantienen una relación muy buena con ella; no le hacen daño ni la persiguen, y hasta comparten su agua con la pequeña Batak.
Poco a poco hemos ido construyendo un hogar nada tradicional y lleno de mucho Amor, donde humanos, caninos y felinos convivimos en armonía como si siempre lo hubiésemos hecho; como si hace muchas lunas hubiéramos sido ya una familia, y ahora nos hemos vuelto a encontrar para estar juntos nuevamente.
