"Muchos años después frente al pelotón de fusilamiento el Coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde en que su padre lo llevo a conocer en hielo".
Así inicia mi libro favorito, tal vez muchos en esta comunidad lo han leído, sin embargo permitanme revelarles el título "Cien años de Soledad".
Cien años de Soledad, es una novela escrita y que le concedió el honor a su escritor Gabriel García Márquez, de hacerse merecedor del Premio Nobel de Literatura, esta clasificada en la historia como una de las más grandes obras, fue escrita en la Ciudad de México entre los años 1965 y 1966; leer las escasas líneas que cite al comienzo fue lo que convenció al editor Francisco Púrrua de que se trataba de una obra excepcional que debía ser publicada.
Esta novela pertenece al genero del realismo mágico, un genero que se caracteriza por recrear aspectos fantásticos y fantasiosos dentro de la realidad cotidiana. La obra cuenta con 20 capítulos a través de los cuales se narra la historia de la familia Buendía Iguarán, formada por el matrimonio de primos José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, quienes se casaron rodeados del mito de que por su parentesco en su descendencia nacería un niño con cola de cerdo. Una vez que José Arcadio Buendía mató a Prudencio Águila en una pelea de gallos, deciden marcharse. Es así como fundaron Macondo.
Asimismo, la historia narra la fundación, crecimiento, secamiento del pueblo y sus habitantes, cumpliendo con la profecía, naciendo un niño con cola de cerdo que es devorado por las hormigas. El libro termina con la lapidaria frase:
" las estirpes condenadas a cien años de soledad no tienen una segunda oportunidad sobre la tierra".
Este libro es mágico, cautivante e invita al lector a adentrarse en la historia. Mi historia particular con este libro, se debe a un hecho importante y es que estando en la Ciudad de Valencia, Venezuela de visita en el año (2007) coincidí con la publicación que por el aniversario hiciera la Real Academia Española.
En ese momento me encontraba con un primo, quien fue, quien adquirió el ejemplar. Yo no solo lo leí, si no que al llegar a casa compré un ejemplar para mi.
Cada vez que puedo lo releo, y le agradezco a su autor, este maravilloso regalo.
Fotografía tomada por mi.