Estas líneas se han convertido en la mejor manera que tengo para recordarte. Gratamente traigo a mi pensamiento una frase que dijiste un día:
“Entonces, ¿Nos extrañamos un rato?”
Mágicamente ocurre, que aun escribiéndote a cada instante te extraño más y más. Mucho más de lo que te puedas imaginar.
No existe la prudencia, solo una divina locura que nos hace estar más cerca de lo que ya estamos… Es simplemente una forma para estar contigo sin estarlo, pero al mismo tiempo sintiéndolo todo.
¡Te Adoro! Esta es la mejor frase que he oído salir de tu boca. No te lo niego, siento miedo… Pero es por mucho algo maravilloso que estaría mal, sino hubiéramos decidido vivirlo a plenitud.
Siento algo y es extraño ¿Sabes? ... Pero me gusta… Anhelo estar cada instante a tu lado.
¡Me encantas! y cuando nos despedimos me haces más falta de la que deseo y quiero.
Nuestra presencia es efímera, por lo que me hace deducir, que si estando tan cerca nos extrañamos ¿Cómo sería desde la distancia?
Solo sé, que la distancia seria pequeña si siempre nos mantenemos unidas. No hay ni habrá lugar para la tristeza, mientras seamos felices.
Dejar partir es uno de los actos más nobles que existe cuando el amor es real. Es solo un hecho que puede ser entendido por quien ama más allá del corazón.
Un amor que se adentró tanto, que solo el alma puede albergar por siempre en las noches invernales, sin importar los días, meses y años que transcurran, hasta convertirse en el sentimiento más puro capaz de sobrevivir más allá de la eternidad.