Desde que tengo uso de razón sigo la National Basketball Association (NBA por sus siglas en inglés), considerado por muchos (me incluyo) como el mejor baloncesto del planeta.
Recuerdo la época gloriosa de Michael Jordan, el número uno de toda la historia (para mi concepto), Patrick Ewing, Charles Barkley, Karl Malone y un tal Earvin "Magic" Johnson, éste último buque insignia de los Angeles Lakers, una de las franquicias más ganadoras y populares del planeta NBA.
Junto a "Magic" también pasó por ese club el gran Kobe Bryant y Shaquille O'Neal, el dúo dinámico que conquistó tres títulos consecutivos (2000, 2001 y 2002) en la ciudad de Los Angeles, California.
Luego del paso de la "Mamba" y "Shaq" el cuadro angelino está pasando por una etapa oscura, con los peores resultados temporada tras temporada, unos registros que deprimen a fanáticos de la talla de Jack Nicholson por citar a una de las tantas celebridades que siguen a los Lakers.
Esta temporada se anunció el fichaje bomba de la campaña, LeBron James, "The King", fichó por el quinteto amarillo y purpura. James jugará las próximas cuatro temporadas a cambio de 154 millones de dólares.
"El Rey" llega de la mano de "Magic" que actualmente es presidente de operaciones de los Lakers, sin duda, la contratación más sonada en la NBA tras el traspaso por ejemplo de Kevin Durant de Oklahoma City a Golden State Warriors.
Será la primera vez que James juega en la Conferencia Oeste dominada por los monarcas Warriors más la presencia de los siempre competitivos San Antonio Spurs y Houston Rockets.
Lebron asume este camino como un nuevo reto en su vida. Luego de triunfar con Miami Heat y sus queridos Cleveland Cavaliers, llegó el momento de trazar un nuevo legado.
¿Podrá James levantar una de las franquicias más populares de la NBA? Dentro de poco lo sabremos.
Autor: Héctor Cortez | @hectorcortez7