La ciencia es un lenguaje altamente especializado, y como todo lenguaje, no es universal.
Si una civilización alienígena viniera a nuestro planeta y se encontrase con un libro de termodinámica, probablemente no entendería nada. Y esto no significa que desconozca los fenómenos que estudia la termodinámica, sino que tiene una forma diferente de hacer referencia a ellos.
Abusando de la confianza que tenemos en nuestras capacidades, se podría decir que los fenómenos que estudia la ciencia son universales, pero no la ciencia per se. La ciencia está hecha por y para seres humanos: es exclusivamente nuestra. No ha caído del cielo ni es un ente hipostasiado como lo es el Espíritu Santo para los cristianos. Podríamos definirla como una sistematización de todas las percepciones del mundo que se actualiza conforme las nuevas percepciones desplazan las que son más antiguas. Así, la teoría de la gravitación de Newton sirve para determinar cuál es la manera más probable que tenemos de percibir el comportamiento de los cuerpos celestes, pero nadie nos asegura que a millones de años luz, en otro planeta habitable, sus habitantes lo perciban de la misma manera que nosotros.
La única diferencia entre una verdad científica y una opinión es que la verdad científica es globalmente aceptada, mientras que la opinión es exclusivamente personal. Lo que separa la verdad científica del dogma son los hechos observables que fundamentan la primera, pero cuando somos nosotros los que observamos e interpretamos esos hechos, dependemos en última instancia de nuestra percepción e intelecto, que, como sabemos, es falible. No obstante lo cual, nos ha permitido elevar nuestra calidad de vida por medio de un sinnúmero de avances e innovaciones. Pero esto solo significa que conocemos nuestro entorno más inmediato y podemos usar en nuestro beneficio los recursos que en él se encuentran. Hemos llegado, en definitiva, a un consenso sobre cómo percibimos la realidad y cómo podemos usar los recursos disponibles para facilitar nuestra vida. Sin embargo, las grandes teorías sobre el universo que no nos atañe de manera directa son solo inferencias que nos costará mucho contrastar.
Hyperion