Esta historia es dedicada a ese viejo que no tuve el placer de conocer: Mi querido abuelo paterno. Este es el capítulo final de la serie de tres capítulos, la historia que contare a continuación marco de manera irremediable el destino de Sabino, mi abuelo.
Pintor José Orlando López Molina - Paisajes del Campo
Traición - Primera parte
Los años transcurrieron en la vida de mis abuelos, ya habían conformado una gran familia de 9 hijos (Teodolo, Gregorio, Mirian, Atilio, Adolfo, Ana, Honorio, Nelson, Mariela). Todos ayudaban a las labores del campo, Sabino tenía dos fincas, donde se trabajaba el campo en la parte agrícola por un lado y la parte agrónoma por otro. Estas tierras quedaban entre las montañas de los andes venezolano las cuales colindaban con el terreno de Don Augusto, que se le conocía por su avaricia, ya que se encargó de buscar la manera de hacer que los campesinos les vendieran sus propiedades.
La familia se concentraba en el día a día, Teodolo, Gregorio y Atilio se encontraban en la cabaña de la loma, donde normalmente se sembraba y secaba el café. Mientras tanto Mirian, Ana y la pequeña Mariela se disponían a hacer los oficios del hogar (En la época de mis abuelos las mujeres como en muchos lugares, por cultura más que por otra cosa, se les daba la labor de ama de casa y trabajos menores), Nelson, Honorio y Adolfo se encontraban en la cabaña de abajo atendiendo a los animales.
Por su parte sabino estaba con algunos obreros en el potrero con sus queridas vacas, para luego ir a vender su leche al pueblo. Llegaba el medio día, el sol se posaba en los más alto, como era de costumbre los obreros y Sabino se dirigían a la cabaña, Alis y sus hijas se encontraban en la cabaña sirviendo el almuerzo para todos ellos. Al terminar de comer Sabino iba a salir al pueblo con la leche, Alis lo detiene y le dice:
Sabino, sabes que me contó Ramón que Don Augusto te estaba buscando porque según él, la línea del cercado está ocupando su terreno.
Sabino le responde:
¡A pues, como va ser posible carajo! ¿Cuál terreno es ese?
Alis le dice:
Por donde los matorrales.
Sabino le responde:
Voy a ir a hablar con Don Augusto.
Ramón era el mejor amigo de Sabino, con el cual se conseguiría en el pueblo más adelante. En camino hacia el pueblo Sabino tuvo que desviarse para ir hablar con Don Augusto. Al llegar a la cerca, le grita al capataz que, si se encontraba el patrón, El capataz le autoriza a pasar. Don augusto estaba por salir y se da cuenta de la llegada de Sabino.
Don augusto le saluda:
Buenos tardes Sabino, como andas, si le llego mi recado.
Sabino le dijo:
Pues me conto la mujer, Don Augusto le digo que esas líneas están hay desde que mis padres vivían en estas tierras.
Don augusto le dice:
Pero esas tierras le pertenecían a Felipe que era el dueño de la tierra que colindaba con los matorrales.
Sabino incrédulo de lo que escuchaba:
Como va ser posible, si mis padres estuvieron antes que él, esas tierras son de nosotros. Felipe está equivocado.
Don augusto un tanto molesto le sugiere:
Sabino hagamos algo yo te compro todo ese terreno y así nos evitamos malos entendidos.
Sabino le causa sorpresa el ofrecimiento por parte de Don Augusto, de inmediato sabino con su ceño fruncido le responde:
Don augusto agradezco su oferta, pero esas tierras no están en venta. Le agradecería que esta reunión sirva para dejar los malos entendidos.
Don Augusto entre risas le dice:
Esta bien Sabino, hablare con Felipe a ver que paso con esas tierras.
Sabino sabiendo que esa discusión estaba lejos de acabar, se despide y se dirige al pueblo, al llegar al pueblo se para en la plaza y empieza a vender la leche a la gente que pasaba por esos lados. A lo lejos vio a Ramón, Sabino con un aprecio de hermandad le llama:
RAMÓN, RAMÓN ¡EPA! RAMÓN
Ramón escucha su nombre, y empieza a mirar a los lados, cuando su mirada da a la plaza ve a Sabino, Este le dice:
Que fue Sabino, ¿como andas?, ¿que te trae por aquí?.
Sabino le responde:
Bien hermano en el trabajo, vine a vender leche un rato, en un rato ya estoy de vuelta al fundo.
Ramón le dice:
Hermano porque se va tan rápido quédese y así nos tomamos algo para el calor.
Fuente
Sabino no desprecia la invitación, al terminar los dos se dirigen a una venta de licores, Era un tarantín llamado la Nevera, los dos llegaron y pidieron 2 cervezas, ambos hablaron un poco de todo.
Sabino le pregunta:
¿Ramón te encuentras bien?, ¿Tienes algún problema?, sabes que puedes contar conmigo para lo que sea.
Ramón le responde:
Lo se hermano, no tengo nada estoy muy bien, contento de verte y de que la familia este bien.
Sabino le comenta:
Sabes que fui hablar con Don Agusto para resolver el problema que tiene con mi terreno en los matorrales, pero me propuso que le vendiera esas tierras, yo le dije que no.
Ramón escuchándolo por un rato, le responde:
Sabino y porque no las vendes, así agarras algo de dinero de ahí, Don Augusto me había dicho algo al respecto.
Sabino le dice a Ramón que no se la vendería, porque estaban siendo utilizada para la siembra de yuca. Sabino se despide de Ramón. Ramón se despide y le dice:
Piénsalo Sabino y véndele ese terreno.
Sabino se retira con una sonrisa, Pasaron los meses y aún continuaban las discusiones por los terrenos.
CONTINUARA …
La historia contada fue un hecho real, nuestra familia regularmente recuerda lo ocurrido en ese momento.
En memoria a Sabino
Autoria @jacos
