¡Holaa queridos steemianoss! El día de hoy traigo para ustedes una breve historia de ficción que, particularmente, me encantaría se conviertiera en realidad.
Antes de comenzar a leer, me gustaría que esta vez hicieramos algo diferente para ver que tal nos va.
Con la intención de transmitirles esa sensación de nostalgia y esperanza que yo sentí al imaginar la historia que les pretendo contar, los invito a darle play al video que les dejo a continuación para que sean acompañados de ese hermoso fondo musical mientras leen.
Sin más a que hacer referencia, espero que disfruten de esta breve ficción tanto como disfruté al escribirla yo.
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Era el año 2018, la esperanza de todo un pueblo se hallaba perdida. El pueblo se sentía deambulante, lo había intentado todo en sus pocos años de historia independiente. Fue de derecha a izquierda, buscando el camino que lo hiciera alguna vez próspero y feliz, pero en ambos caminos consiguió lo mismo **TRAICIÓN**
Los gobiernos sucedían de una tendencia a otra, mientras la pobreza y la anarquía se apoderaban de cada rincón de la Nación, la manipulación era constante, el Twitter parecía una persona, cuya opinión era más creíble que una información “oficial”. Así de desorientados se encontraban esos hermanos, sin nadie a quien creer sin nadie en quien confiar.
Las calles se volvieron oscuras y peligrosas, unos robaban a los pocos que quedaban, robaban su pan y su sobrevivencia pero las generaciones políticas estaba cansadas de robar sueños y creencias.
El éxodo se hizo moda, costumbre o necesidad, las ciudades que antes eran intransitables por el caos vehicular, ahora eran un paraíso para transitar, pues la parálisis del aparato productivo automotriz y la emigración masificada le daban espacio de transitar a quien no tenía como hacerlo.
La angustia e incertidumbre era la constante de ese pueblo, las generaciones de relevo se encontraban sin fundamentos para confiar de que en ese entonces, valía la pena luchar.
Fue de repente, cuando de pronto una propuesta surgió desde la cuenta de un miembro de una red social llamada Steemit.
“Proponer un cambio de sistema gubernamental donde las elecciones y el patrimonio público se manejara a través de la tecnología Blockchain (Cadena de Bloques)”.
En poco tiempo esta idea se hizo viral en todo el continente americano, ocupando los primeros lugares del trending topic en redes sociales como twitter, los memes se hicieron eco del Instagram y las opiniones comenzaron a llover en el Facebook a medida que dicho usuario, quien apenas recibía visitas en su blog de Steemit fue aumentando su contacto con todo tipo de personas dentro de esa comunidad, recibiendo reconocimiento, aportes e ideas para desarrollar esa revolucionaria iniciativa.
Tan solo 1 semana después comenzaron a formarse las manifestaciones en Suramérica a favor de un sistema de gobierno regido por la transparencia de una cadena de bloques, donde las votaciones, ingresos y erogaciones del Estado, fueran supervisables por sus ciudadanos.
En tan solo 2 semanas comenzaron las manifestaciones en Europa, primero fue Grecia, luego España, les siguieron Francia e Italia, en el mundo corrían tiempos de cambio como el que predijo Scorpions sobre la caída del bloque soviético.
Los gobiernos guardaban silencio, los millenials alzaban la voz, esperanzados de vivir en un mundo con menos mentiras políticas, donde pudiesen confiar en que la carrera de un político se basara en la transparente administración de los recursos de una sociedad con fines beneficiosos para el desenvolvimiento de los pueblos, y no como una inversión de tiempo para hacerse, una vez alcanzado algún puesto de elección popular, con la fortuna de naciones cuyos habitantes con su mano de obra lucharon por generar.
Atrás quedaba el interés por defender las complejas teorías de Adam Smith, Marx y Engels, Keynes o Von Hayek, la comunidad mundial aclamaba por nuevas teorías que coexistieran con la idea de un sistema de bloques capaz de anular toda transacción contraria a lo aprobado por la mayoría de la cadena.
Mayores ideas se sumaban a la iniciativa, los debates se hicieron públicos y comenzaron a televisarse, las mejores universidades abrieron cursos electivos para debatir sobre un sistema de gobierno basado en el blockchain.
Se debatía sobre el voto secreto, sobre los riesgos que corría un elector si su voto pudiese comprobarlo cualquier ciudadano; a tal efecto, se unían por voluntad propia genios tecnológicos y matemáticos, para analizar soluciones de encriptamiento para tales casos, surgiendo así la posibilidad de incentivar la creación de algoritmos que sumaran exactamente la cantidad de votantes inscritos hábiles para ejercer su derecho en el territorio correspondiente a la respectiva elección. De esta manera, cada voto sería identificado con un código numérico indescifrable que sería generado aleatoriamente según el momento de votación de cada elector.
La democracia participativa “pura” se planteaba como una realidad. Las grandes potencias y corporaciones conocedores de sus trampas y corrupciones históricas comenzaban a temer sobre el futuro inmediato.
Por primera vez, la mayoría de los pueblos del mundo se comenzaban a unir por una propuesta generalizada.
Fue entonces, cuando en aquel país, donde nació el internauta que propuso tan alocada idea en Steemit, el cual se hundía en la miseria y desesperanza descrita al comienzo de este artículo, donde surgió la primera candidatura presidencial a nivel mundial, que proponía una modificación constitucional a los fines de promover un proyecto constitucional capaz de cimentar las bases de una nueva gobernabilidad fundamentada en Blockchain.
La esperanza renació donde nadie lo esperaba, tan imprevista como un movimiento telúrico y tan poderosa como la fuerza de la naturaleza, una vez más, impulsada por el hombre en su esencia libertaria como ocurriese en las mismas tierras hacía más de 200 años.
Comenzó la campaña y como era de esperarse, se desató la sucia guerra comunicacional propia de cada proceso electoral; parte del pueblo que dudaba de la transparencia del actual sistema electoral, se esperanzaba por esta propuesta aclamada por la sociedad mundial; predecir la participación en aquellos comicios no era cuestión fácil, la manipulación era evidente por parte de las encuestadoras.
Después de tanto debate el día llegó, las elecciones dieron inicio promoviendo así, la primera lucha electoral entre un candidato que representaba una idea política desgastada y el primer candidato que ofrecía darle nacimiento a un mundo de revolución tecnológica y económica a través de una propuesta única de sistema de gobierno fundamentado en Blockchain.
