En determinados momentos de la vida se presentan situaciones en las cuales el continuo transcurso del tiempo puede ser percibido favorablemente o no, momentos en los cuales uno desearía cambiarlo ya sea deteniéndolo para disfrutar de esos pequeños y efímeros momentos de la vida en el que uno puede llenarse de felicidad a su defecto realizar una acción necesaria para ser felices o ya sea todo lo contrario deseando acelerar el tiempo para salir de una situación que nos apaña con problemas, sentimientos negativos o simplemente que no agrada y se desea evitar, sin embargo el tiempo a su vez solo responde con constancia siguiendo su marcha al mismo ritmo, exceptuando su relatividad, el tiempo sigue ahí continuado su marcha con constancia imperturbable y existiendo haciendo caso omiso de los deseos de los que a el están atados, tomando una postura no como alido, no como enemigo, sino mas bien un espectador