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cuando el mundo cabía entre nuestras manos
y éramos náufragos aventureros en un mundo
al que ignorábamos y burlábamos, en cada locura
que la pasión y la piel nos incitaba a realizar.
De regresar al tiempo en que la juventud era escudo
y arma contra los ataques incesantes de la cordura,
carburante etéreo que inyectaba nuestra sangre
del elixir mágico de la rebeldía, el amor y la esperanza .
Tengo ansiedad de revivir a los días en los cuales
tus labios eran corsarios de mis besos y me mostraban
la magia que se desprende de la pureza del espíritu
que entre la ingenuidad del momento no conoce pecados.
De transportarme al génesis de este cuerpo cansado
que fue hoguera de ilusiones y dinamo de caminos
que fueron bifurcándose impactados por el destino
dejando rastros de plenitud, imperfección, dolores y alegrías. .