Ya es tarde, termino mi clase en linea y pretendo tomar un vaso de refresco, se que es no hora para tomar coca pero que diablos, de algo me he de morir, abro el refrigerador, no veo ninguna lata, recuerdo, estúpido, lo subí al congelador, esta hecho hielo, tardara un rato en descongelarse, ahora tengo tiempo, no me gusta tener tiempo, han sido días duros de mucho trabajo, levantarse temprano, llevar niños al colegio, ir a trabajar, y todo esto con un maldito mareo que pareciera que la tierra esta girando mas rápido, quien sabe, tal vez así sea, desde hace años pareciera que en un parpadeo pasan los días tan rápido, hoy me levante y me di cuenta que ya tengo 40 años, intento recordar que diablos hice los últimos 10 años y solo me llegan ideas vagas, difusas, tal vez, solo tal vez pienso, estoy viviendo a lo pendejo, inmerso en la rutina, levantate, trabaja, come, caga, duerme y el ciclo vuelve a empezar, tal vez una zanahoria sembrada en el patio de mi casa tenga mas variedad que yo, pero no soy solo yo, somos una nueva generación de idiotas pegados a un artefacto electrónico en la mano, viendo pasar la vida de los demás por medio de redes sociales, es tan divertido ver la vida perfecta de los demás, todos toman fotos sonriendo, divirtiéndose, pareciera que en ese mundo no existen los tipos como yo, solitarios y deprimentes, aquí en el hoy no hay cabida para el Lobo estepario de Herman Hesse, hoy debemos ser felices, así lo dictan las redes sociales, no importan tus problemas, tomate una foto y sonríe, subela, recibe tus likes, después llora, grita patalea, pero que no te vean va, tienes que ser parte de un todo sin sentido.
Mi refresco esta listo, se ha descongelado, menos mal.
Dulces sueños.
El Lugareño