Un placer saludarlos nuevamente amigos de steemit, en ésta oportunidad compartiré con ustedes mi proceso de pintura de un hada con la técnica de óleo sobre lienzo, la obra tiene unas dimensiones de 120 x 100 cm, y la realicé en una semana aproximadamente, alternando con otras pinturas que estaba realizando de forma simultanea, dedicando un par de horas en cada jornada.
Accidentado comienzo.
Debo confesar que el inicio de esta obra fue un poco accidentado debido a algunos elementos que creí superados en mí, el exceso de confianza se convirtió en una desventaja que obstaculizo un poco el proceso de la misma.
Cuando realice el boceto no le dediqué el tiempo que requería, queriendo avanzar más rápido, pero como manifesté en mi publicación anterior sobre el retrato al óleo, debemos esforzarnos por lograr un buen dibujo inicial, procurando que nuestras proporciones queden correctas, ya que una vez que la obra esté en la etapa de mancha, será más difícil corregir los errores, y eso fue precisamente lo que me ocurrió, por la premura de terminar rápido realice un pésimo boceto, quedando el rostro totalmente desproporcionado, el ojo lo dibujé de frente y no de perfil como correspondía, la oreja fuera de lugar, entre otros detalles; todo ello me exigió una corrección los errores, teniendo que esperar mucho tiempo por el secado de la capa de pintura para poder re dibujar correctamente.
Paleta de colores.
Para ésta composición empleé una paleta de colores con predominio de tonalidades frías, usando muchos azules, morados, violetas; cabe destacar que inicialmente me planteé un fondo mucho más claro, pero a medida que avanzaba me di cuenta de que no resaltaba la figura del hada, así que nuevamente tuve que crear un fondo del cielo un poco más oscuro, con el agravante de que ya había pintado las alas del hada y no quería borrarlas, así que me arme de paciencia para trabajar entre las alas, retardando más el proceso; en esos momento comprendí forzosamente aquella frase de Napoleón: "Despacio que tengo prisa".
Es inusual que se haga referencia a todos los tropiezos que se tiene al pintar, pero lo manifiesto con la intención de que ustedes conozcan que no siempre es tan fluido y armonioso el proceso de elaboración de una obra, muchas veces nos vuelven locos y debemos ponerlas a un lado por un tiempo mientras recobramos en ritmo y la inspiración.
Pero no todo son tropiezos.
Y cuando logramos que la obra se vea como queremos, ocurre la magia, se activa en nosotros una especie de efecto narcótico, nos enamoramos de la obra y no podemos dejar de pintar, añadiendo elementos nuevos; en lo personal, para mí es difícil decidir cuando la obra está terminada, nunca estoy conforme, soltándola por un tiempo (a veces años), para luego siempre retomarla en algún momento.
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¡Hasta la próxima publicación!
