En mi carrera me ha tocado ver un sinfín de cosas, pero las que más aprecio son aquellas que he experimentado junto a las personas, todo un popurrí cultural y miles de historias juntas las cuales me han nutrido, he vivido experiencia amargas como otras dulces, he visto gente caer y a tantos otros levantarse, sin dudas un infinito de experiencias juntas las cuales celebro hoy. Aunque siéndoles sinceros hoy les vengo a compartir entre todas esas, aquella que me parece fundamental para aquellos que piensan levantar cabeza en cualquier carrera.
Entre tantos universos con los que me he topado en esos 4 años de carrera de medicina se sorprenderían de saber lo repetida que son estas palabras “Estudio Medicina porque mis padres quisieron” o quizás otras de las que escuche “Mi abuela me lo pidió como uno de sus últimos deseos” como no, también existen estos “Estudio medicina por lo lucrativo que es”. Lo cierto es que en cualquiera de los casos todos terminaron o terminaran en un eminente fracaso. Pensaran que hablo con soberbia y me regocijo en la arrogancia, pues no, la realidad es que todas estas personas con las cuales me dedique a escuchar sus historias, todas ellas emitían una fría tristeza, algunos rompieron sus cadenas otros tantos siguen arrastrando el peso de los deseos ajenos.
Vuelvo y repito, quizás piensan que hablo con soberbia, pero la realidad es que la soberbia la llevan aquellos que como verdugos dictaron sentencia ante aquellos inocentes que solo buscaban conseguir un sueño que seguir, pero les basta con recoger las migajas de aceptación de aquellos que ellos consideran sus héroes, hablo de los padres, de los hermanos, de la abuela de la familia o quizás de algún amigo, por ello este post realmente está dirigido a ellos, esta única y exclusivamente dirigido para aquellas personas que tienen a alguien que les sigue los pasos, que les pisa los talones. Pues considero que este es uno de los medios en el cual puedo alzar mi voz al mundo y lo usare para ello, así pocos se interesen en el tema.
Historia #1
En esta primera historia hablare de una pareja de hermanos, me tope con ellos desde el primer año de medicina, uno era un hombre el cual tenía preferencia sexual hacia su mismo sexo y la otra una mujer de gusto lúgubres amante del rock pesado pero con increíbles pensamientos humanos, los 2 tenían una increíble cualidad la cual fue digna de mi admiración, ambos eran personas bastante humanitarias, aun con sus propias limitaciones eran personas que ayudaban a quien pudiese necesitar.
Uno de los tantos días que conversaba en la universidad con el hermano pude enterarme de sus realidades, yo era ignorante de la situación aunque tenía el presentimiento de la incomodidad que sentían al estudiar. Entre chiste y bromas el me fue confesando su desagrado por la carrera, y es que él no era alguien que realmente quería estar allí, era simplemente una víctima de su padre el cual sin malas intenciones lo obligaba a seguir el camino que el padre quiso seguir de pequeño pero que por situaciones de la vida le fue arrebatado.
Luego una de las tantas noches converse con su hermana por un chat de teléfono, comenzábamos a hacer lo que aquí es obligatorio, el servicio comunitario (uno de los pasos para completar la carrera). Ella quizás por causa de la magia de la noche la cual hace brotar sinceridad en las personas me confesó aquella obligación que estaba cargando aun en contra de su voluntad, me hablo de lo dominante de sus padres y que ella solo quería tener una carrera humanitaria pero que no tuviese que cargar con aquella responsabilidad tan pesada que tiene la investidura de médico, me hablo de su sueño de tener una vida tranquila sin más complicaciones que las necesarias y su deseo de marcharse de este país el cual ya consideraba podrido. Solo pedía libertad, una que no conseguiría en las telarañas de su casa. Ella de la que más puedo comentar era alguien tímida, y fatalista, pensaba siempre en lo peor y que sus sueños eran imposibles, no puedo evitar embozar una sonrisa al recordar cuando le dije que si lo deseaba ella despegaría hacia nuevos horizontes y tendría la libertad que tanto anhelan ella y su hermano. Hoy ya cumplen unos cuantos meses en Perú, un país que les abrió sus puerta y le brindo las oportunidades que su propia patria Venezuela no podía.
Historia #2
Ahora le hablare de otra chica, una que conocí también en mi primer año de carrera, una rubia algo peculiar, fue mi compañera de bus durante ese año dado que yo vivía a horas de la universidad y todas las semanas montaba en un bus hacia mi residencia en aquel pueblo donde quedaba mi casa de estudio. Es una gran mujer, rebelde pero inteligente, algunos la odiaban otros no, su personalidad era de controversia pero solo puedo decirle a aquellos que les desagradaba que no se dieron el tiempo de conocerla, esta era una mujer alegre pero que sus ojos se opacaban cuando nadie la miraba, ella al igual que la primera historia arrastraba con el peso de un deseo ajeno.
Un día entre los descansos que teníamos entre clases hablando con ella me confesó que el último deseo de su abuela había sido que ella se volviera una Doctora, me pareció algo noble y en mi idiota ignorancia no pude terminar de divisar lo que sus ojos trataban de gritar, ese día simplemente pensé que el deseo de su difunta abuela no era más que el propio deseo de mi amiga, pero me equivoque, meses luego cuando pasamos de años hablando con ella por la computadora me entere que no volvería acompañarme aquella chica la cual compartía el asiento el bus conmigo y pude comprender que ella tampoco asistía con su voluntad, si no que al igual al caso anterior solo quería ser libre.
Estas fueron 2 de las tantas historias que he compartido en los cortos pero largos años de carrera, pero las comparto por este medio porque quiero que al igual que yo entiendan que no pueden poner sobre los hombros de sus hijos o seres querido los caprichos que ustedes no pudieron cargar, al contrario, dejen que ellos abran sus alas y emprendan su vuelo por el sendero que ellos elijan, guíenlos como un “GPS” guía a sus usuarios indicándole caminos pero no imponiéndoselos. Y quiero que sepan que para un medico algo más importante que el conocimiento es la vocación. Espero que esto sirva para reflexionar y para evitar que alguna de esta historia se repita. Deseo que más personas experimenten la libertad de cumplir sus metas propias y padres o personas que me leen, fomenten en aquellos que los admiran el deseo de soñar y de cumplir sus propias metas, eso hará que el mundo cambie y para mejor, no que se siga distorsionando en esta profunda tristeza que azota a cada vez mas personas.
