¡Hola, gente bonita de mi vida y mi corazón!

Otro peregrinando para el corazón

¿Recuerdan qué les dije en Peregrinando con Sophie: La hundición de Yai que iba a comenzar desde el final hasta el principio? Pues éste es el principio. El recorrido inició con ésta maravillosa parada: Una asociación cooperativa. No se asusten por el nombre, realmente es genial, así que... ¡vamos a por ello!

Para comenzar nuestra aventura en Sanare ─al mismo tiempo de terminar con nuestra serie de post en ese lugar mágico─ visitamos la Asociación Cooperativa «Unidad de Producción 8 de Marzo». Fue una parada bastante breve y reducida debido a que faltaban dos sitios más por visitar ─como sabrán de mis post anteriores: el Museo Comunitario «Aroa Chunai» y la Hundición del Yay─ así que debíamos compensar el mayor tiempo posible debido a que llegamos tarde a Sanare; los autobuses de salida en Barquisimeto se retrasaron demasiado.

Sacando el tiempo que se perdió para comenzar el recorrido, el camino tampoco estaba en buen estado; era solo de tierra, haciendo que incluso nos retrasáramos aún más. Pero al llegar todo valió la pena; descubrir el esfuerzo de las personas que trabajaban en la procesadora de alimentos para ayudar a todos los miembros de la comunidad es algo realmente digno de admirar: todos los alimentos producidos eran vendidos a bajos precios en consideración de las personas que cuentan con pocos recursos económicos.

La Unidad de Producción 8 de Marzo tuvo un comienzo con bastantes dificultades.

¡Vamos a visitar una procesadora de alimentos!

Creado en 1984 con la misión de fomentar a la ingestión sana de alimentos integrales, además de crear una bodega para vender estos alimentos a precios accesibles para todos, el grupo «8 de marzo» abre sus puertas en una pequeña choza en la comunidad de Palo Verde donde la comodidad no era realmente su fuerte. En esta pequeña choza yacía el sueño de varias mujeres de promover que cada una las familias de la comunidad recibiera, al más bajo costo posible, la oportunidad de ingerir alimentos que ayudaran a un comer saludable. También querían que cada casa tuviese el deseo de crear huertos que sirvieran para la sana nutrición de todos en el pueblo.

La visión machista de esa época hizo aún más difícil el inicio de 8 mujeres que, con su esfuerzo, se abrieron paso entre la doctrina, amalgamando esfuerzos entre géneros para llevar a cabo el objetivo del grupo. Fue llamado «8 de marzo» justamente para honrar a las mujeres fundadoras; exaltar la valentía de ellas junto a la importancia que conlleva su trabajo en esa y cualquier otra comunidad.

Personalmente admiro todo el valor que las conllevó a llevar esta iniciativa por la comunidad; no se dejaron apisonar ante las adversidades y con perseverancia lograron una meta que tal vez en ese momento a muchas personas les parecía inalcanzable o absurda. Jamás debemos rendirnos en nuestros propósitos por más lejanos que parezcan.

Pero, está la pregunta al aire, ¿quiénes fueron estas valientes mujeres?

Como pueden observar en la fotografía de arriba, al principio fueron 7 mujeres las encargadas de dar vida a esta maravillosa procesadora. Luego se unieron 5 más. Pero, ¿cómo lo hacían? ¿cómo daban forma alguna a crear los productos que tenían en mente? era mucho más difícil de lo que parecía.

Inicialmente, solo se creaba un producto alimenticio: la pasta. Con la ayuda del gran avance tecnológico, la primera gran máquina utilizada fue la amasadora. Pero utilizarla era todo un reto; entre todas las mujeres que trabajaban allí, teniendo 16 horas seguidas de progreso, solo se hacían 6 kilogramos de pasta al día. Era un reto más entre todos lo que ya tenían entre manos. Sin embargo el progreso fue aumentando. Las máquinas seguían llegando y el resultado se multiplicaba. Ya no hacían solo pasta, sino granolas y arroz integral, además de afrecho.

Al final, se logró establecer un almacén para colocar todas las máquinas nuevas, además que el espacio era mucho más cómodo. De tal manera que la producción de pasta al día subió a 5000 kilogramos. Y con todas las ganancias, la cooperativa tuvo una participación esencial en la construcción de la «Unidad Educativa Escuela La Zaragoza». La cual es gestionada y manejada por la comunidad.

Estas son máquinas utilizadas en el proceso de creación de consumos alimenticios. Después de diferentes fases en la máquina, se crea el tan esperado producto. La pasta viene en diferentes presentaciones en cuanto al sabor.

En este recorrido, lamentablemente, el único producto disponible era la pasta. Así que solo logré tomar una fotografía de ella. Terminando con esta serie de posts en Sanare.

Sinceramente, ésta primera parada fue inigualable. Las mujeres son las patronas de la comunidad. Ellas, aunque difícil al principio, lograron demostrar su valía para la producción alimenticia. Gracias a la unión, el esfuerzo y la lucha de todas, pudieron tener su propia fábrica de comida saludable.

Los habitantes del pueblo son todos cálidos. Desde que llegamos, las casas adyacentes a la fábrica nos regalaron mangos, hierba buena, agua, bananas y más. Todos los habitantes conocen su historia, su descendencia, la historia de la fabrica, del museo, de la hundición... cada uno de ellos cuida y valora su historia oral, cuidando sus raíces.

Como les dije en mis dos anteriores posts, Sanare es un pueblo mágico. Lleno de verde, calidez, leyendas, magia, ríos y mucho amor. Nunca imaginé conocer un lugar tan especial y que nadie menciona nunca. En serio, les recomiendo ir y visitarlo.

Y para terminar, les dejó una foto de todos los cuadros que cuentan la historia de la fábrica. Gracias por leer, por estar, por apoyar. Gracias especiales a ti, por todo el amor y el apoyo.