A los pasajeros les ha parecido absurdo y muy alocada la graciosa competencia de altas velocidades que han tenido un jet de caza pilotado por el piloto Dassault Rafale y un tren TGV (Train à Grande Vitesse) viajando 320 kilómetros por hora, queda claro que el caza ganaba la carrera de velocidad, pero todo era una inauguzación de una nueva línea en Francia.