Cuando la situación se pone difícil, lo natural es lamentarse, quejarse y adoptar la postura de “por qué me tiene que pasar esto a mí”.
A veces, pensamos que las personas buenas, deberían de ser inmunes a los problemas. Bruce Lee expresó la realidad en pocas palabras:
"Esperar que la vida te trate bien por ser buena persona, es como esperar que un tigre no te ataque por ser vegetariano".
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Las leyes naturales rigen a todo lo que acontece, sin importar si se es bueno o se es malo.
Partamos desde este punto. Nadie sobrenatural quiere que la pases mal.
Hay una manera de que las dificultades no sean perjudiciales. Detrás de cada uno de ellas, se mantiene oculta una ventaja. Otra cosa es que no se logre encontrar esa semilla de éxito.
Se desperdicia esa oportunidad para superarse a sí mismo, cuando llegan las lamentaciones al no encontrarse una rápida solución.
¡Qué impacientes!
Así son los problemas, lo son porque todavía no les tienes solución. Apenas descubres la salida, dejan de ser problemas.
Lo que quedaría es actuar, aplicar lo que sabes que hay que hacer.
Los problemas te fortalecen. Encontrarles la solución te hacen una persona mejor, te superas a ti mismo.
¿Te has dado cuenta lo recursivos que somos cuando estamos al borde del precipicio?
Necesitamos del miedo para sacar lo mejor que tenemos.
Existe una forma de asegurarse de que no volverás a olvidar que en cada problema se encierra una lección, un peldaño que te elevará cuando lo resuelvas.
Siempre sé agradecido. Apreciar lo que se tiene, es lo que hará que tu mente se relaje, disfrute de la vida y pueda enfocarse en resolver lo que le afecta.
No es posible odiar si se está agradeciendo.
La felicidad está enlazada con el agradecimiento.
No hablo de conformarse. Eso es para la gente mediocre. Tenemos un potencial que exige esfuerzo para desarrollarse. Dormir los talentos, por no ejercerlos, es atrofiar el alma.
La felicidad huye de quienes ignoran el pasar del tiempo, en aquellos que se recuestan en un rincón de su zona de confort.
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Estar agradecidos nos permite reconocer los límites naturales. Es la manera de emprender al reconocer en lo que somos buenos y las debilidades.
Una sana ambición, rodeada de un aura de agradecimiento, asegurará que la humildad se presente cuando empecemos a superarnos a tan grandes alturas, que se perderá de vista lo que fuimos alguna vez.
Conquistar la cima, junto a la humildad, se logra si durante el ascenso nos acompañó el agradecimiento.
La humildad nos recuerda que somos seres espirituales dentro de un cuerpo humano.
La humildad nos mantiene los pies sobre la tierra, con la visión en el Paraíso.
¿Cuándo es el momento ideal para agradecer lo que somos y lo que tenemos? Todo el tiempo.
El éxito emocional depende del estado de ánimo que puedas mantener. Velo de esta forma, si estás afectado con la ira, cualquier cosa te alterará de manera desproporcionada. La neurosis se apoderaría de ti, y las reacciones son de las que después te vas a arrepentir. ¿Y ahora? ¿Vas a pedir perdón? ¿Y las cicatrices que dejarán tus heridas?
Muy distinto, si recibes ese mismo estímulo que te saco de las casillas, pero estando en un estado mental equilibrado. Soportas mejor las malas noticias si tienes control emocional. He allí la importancia de mantenerte agradecido, aun en los peores momentos.
Siempre que agradeces, sientes que el aire que entra a tus pulmones es puro. Tus células vibran armónicamente, logrando centrar tus pensamientos y así conseguir el balance y la paz que te van a permitir salir airoso, inclusive, durante funestas emergencias.
Por eso hay personas que pueden ser héroes en las contingencias, al mantenerse calmos, porque están agradecidos de lo que tienen.
Lamentarse aleja el equilibrio. Te pone en una situación de que tienes derechos. No tenemos derechos, eso es un invento humano, es cultural. ¿Qué no? Cada país, cada cultura decide cuales son los derechos de sus ciudadanos, eso pasa hasta en las tribus ancestrales.
Partamos de que no tienes derechos en la naturaleza, sólo según las leyes de tú país. Recuerda lo que dijo Bruce Lee. Así que olvidemos de que tenemos el derecho de quejarnos, de enfadarnos, de patalear.
Agradece lo que tienes, con la visión del inconformismo que te impulsará a crecer, y acuérdate, que el crecimiento es vida, es juventud; que el crecimiento es mantener el espíritu vibrante y orgulloso porque aún, está vivo.
Thomas Flores.