Fuente: https://www.pexels.com/photo/silhouette-of-couple-in-a-sunset-view-59059/
Un amor prohibido, un deseo ardiente, un anhelo inimaginable..
Al verte sabía que me enamoraría perdidamente, luego de ver tus ojos sabía que no había escapatoria alguna.
Tus labios marcaron el inicio de un amor sin fin, desenfrenado, loco, superior, en definitiva otra cosa.
El mundo entero en contra, pero cada reunión bajo esos atardeceres nos recalcaba que estábamos destinados a estar juntos.
Un día te noté extraña, tensa, hablamos y ya sabía lo que dirías, lo podías leer en tus ojos.
Ese me dijiste que todo había cambiado, que ya no era lo mismo, que algo en ti no estaba bien.
Me dijiste que siempre podríamos estar juntos en otros aspectos y te dije "nos volveremos a ver en el paraíso".
No lo entendí, intente respetarlo, me lamenté por días, te escribía cartas sin respuestas, pasaba horas llorando, recordando...
Hoy, después de un largo tiempo, te encontré, te abracé, te besé y te tuve entre mis brazos como la primera vez.
Hablamos, lloramos, nos perdonamos y decidimos luchar por todo lo que sentíamos, contra el mundo si era necesario.
Estoy feliz, estoy junto a ti, ¿Qué mas puedo pedir?
Ahora nos vemos todos los días, a cada instante, llevas mi anillo, mi corazón y mi vida.
Me preguntaste como sabía que nos volveríamos a encontrar por aquella frase que te dije la última vez: "Nos volveremos a ver en el paraíso"; preguntaste si lo decía por el lugar o por alguna otra cosa.
Yo te respondí: El lugar con esos atardeceres son un paraíso pero no puede estar completo sin tu presencia. Para mí, el paraíso eres Tú y todo lugar en el que tú estés.
Sigo amándote como el primer día y cada noche antes de dormir te repito: ¡Nos volveremos a ver en el paraíso!