Toda una Doña hoy Daniela, ya ha llegado a sus cincuenta, y nada que le pasa el tiempo, su cuerpo parece de treinta.
Con su silueta completica, los viejos de la esquina, suspiran y recuerdan a Daniela la bonita.

Daniela ya está vieja, lo que hace es escribir y dibujar, pero busca a cualquier viejo de la esquina, que le dé una sobaita, antes de irse acostar.

Las viejas encopetadas, la miran con verguenza y le dicen La Infanta, porque todos sus esposos le exploraron la garganta.

Hoy es la pulcra señora de alta sociedad, eso no hay quien lo discuta, pero al recordarla siempre será sentenciada como mala madre y prostituta.
Todos conocemos alguien así, que se le olvida su pasado y hoy quiere dar consejos de rectitud.
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