It was December 2019. My wife and I were deciding on our vacation and exploring our options. The mountains of the western provinces of Argentina, the south of Argentina with its beautiful landscapes or the usual type of holidays in one of the coastal towns of the Buenos Aires province with pretty cold beaches and some of them even too windy were some of thos options.
During one of the typical “end of the year barbecues” that we use to have around here, a couple of friends said: “what about driving to Florianopolis in Brazil?”....
I am a huge fan of Brazil myself, I went to Rio de Janeiro 9 times, so I let´s say I know about it. The problem is: I absolutely hate driving.
My wife, on the other hand, is one of those people that would drive to the end of the world literally, therefore I said to her: Ok, let´s make a deal. I do 20% of the driving, you do the other 80%. thinking that she would never have the guts to do it. To my surprise she agreed so I had no options. The planning of the trip began.
We agreed that February was going to be the best time for the trip. We started looking for some accomodation options and we finally booked an apartment that was right in front of the beach at one of the most beautiful beaches of the island: Ingleses beach.
Then we had to decide how and with which routes we were going to go. At that moment we thought that it was best for us to go via Uruguay, especially because we had friends in Montevideo and that was going to give us the chance to actually spend a couple of days in one of those places that we both love, Montevideo and Piriapolis in the southern coast of Uruguay.
Ok. The day arrived and we headed to the Buenos Aires port where we will catch a ferry to cross to Colonia, Uruguay; both our family and the car. After almost two hours, we got off at the Colonia port and the driving started. We made a short drive to Montevideo, met our friends and spent three faboulous days with them. After that, we were ready to go. My 20 per cent of the driving started there and went on up to the border between Uruguay and Brazil. From there, my wife started some of her 80 per cent of the driving. When we got to the Brazilian city of Pelotas, we got a rain that we never saw in our lives. You could not literally see an inch fron the windshield but there was no place to stop since we were on a highway fullof Brazilian cargo trucks; and believe me, those guys drive that like there´s no tomorrow. After some complaining from my wife and a little bit of change on our “driving agreement” I started my part of the driving and took it all the way to the suburbs of Porto Alegre. We spent the night in a very ugly hotel but we were anxious because the best was about to come. And it did, the driving from Port o Alegre to Florianopolis on the famous BR101 (a very beautiful Brazilian road) full of great views of little mountains, ocean, tunnels and so on was stunning. By the time we finally arrived to the apartment we were exhausted from the drive but knew exactly that we had made the right choice. We spent two faboulous weeks in that island and even drove to close places like Camboriu, Garopaba where every beach we found was even better that the previous.
So, even though I have to admit that coming back home driving almost day and a half was neither part of the agremement nor fun at all I do know that I will never forget that adventure.......
Un muy largo viaje a Florianopolis.....pero muy divertido!!
Era Diciembre de 2019. Con mi esposa decidiamos acerca de donde pasar nuestra vacaciones y explorando nuestras opciones. Las montañas al oeste, el sur de la Argentina con sus hermosos paisajes o las vacaciones mas usuales en la costa Argentina pero con playas de agua fria y a veces muy ventosas.
Durante uno de los típicos asados de fin de año que solemos tener por estos lares, un pareja de amigos nos dijo: Y porque no se van manejando a Florianopolis en el sur de Brasil?
Soy un fan de Brasil, de hecho he ido 9 veces a Rio de Janeiro por lo que sé lo bien que lo ibamos a pasar. El único gran problema era que odio terriblemente manejar
Mi mujer, por el contrario, es una de esas personas que iria manejando hasta el fin del mundo literalmente, por ende le dije: Ok. Hagamos un trato. Yo hago el 20% del manejo y vos hacés el restante 80%. Para mi sorpresa, ella estuvo de acuerdopor lo cual me quedé sin opciones. El plan del viaje comenzó.
Estuvimos de acuerdo con que Febrero sería el mejor momento para el viaje. Comenzamos a buscar opciones de alojamiento y finalmente reservamos un apartamento en frente a una de las playas más hermosas de la isla: Ingleses.
Luego teniamos que decidir como y por que rutas ibamos a ir. En ese momento decidimos que lo mejor para nosotros sería ir via Uruguay, especialmente porque teniamos amigos en Montevideo y eso nos daría la chance de pasar unos días en esa ciudad y en Piriápolis en la costa sur de Urguguay, ambas ciudades que tanto amamos.
Finalmente el dia llegó y partimos con el auto hacia el puerto de Buenos Aires donde abordaríamos el ferry hacia Colonia, Uruguay, tanto nosotros como el auto. Después de casi dos horas bajamos en el puerto de Colonia y comenzó oficialmente el manejo. Hicimos un primer tramo corto hasta Montevideo, nos encontramos con nuestro samigos y pasamos tres días fabulosos con ellos. Luego de eso, estábamos listos para continuar. My 20 por ciento del manejo comenzó ahí y llegó hasta la frontera entre Uruguay y Brasil.
Ya en Brasil comenzó a manejar mi mujer su 80 por ciento restante. Cuando estábamos llegando a la ciudad brasileña de Pelotas comenzó un diluvio como jamás habíamos visto en nuestras vidas. Literlamente no podías ver a centímetros del parabrisas del auto pero no había posibilidades de parar ya que estábamos en una autopista llena de camiones brasileños de carga y creanme; esos camioneros manejan como si fues el últimos día de sus vidas! Luego de algunas quejas de mi mujer y un pequeño cambio en nuetro trato acerca de los “porcentajes de manejo” comencé a manejar y llegué hasta los suburbios de Porto Alegre. Pasamos la noche en un hotel muy feo de las afueras pero estábamos muy ansiosos porque sabíamos que lo mejor estaba por venir. Y así fue, la ruta desde Porto Alegre hacia Florianopolis por la famosa BR 101 (una muy hermosa ruta brasileña) llena de grandes vistas de pequeñas montañas, el mar y enormes túneles fue majestuosa.
Para cuando finalemente arrivamos al apartamento estábamos exhaustos por la distancia y el manjeo pero supimos exactamente en ese momento que habíamos tomado la decisión correcta. Pasamos dos semanas fabulosas en esa isla y hasta manejamos hacia otros lugares cercanos como Garopaba y Camboriu donde cada una de las playas que conociamos era mejor que la anterior.
Entonces, aunque debo admitir que la vuelta manejando por casi un dia y medio no fue ni parte del nuestro “trato del manejo” ni mucho menos divertida sé que nunca olvidaremos esa aventura.