El 16 de marzo del año 2020 Venezuela registró su primer caso de COVID-19. Lo cual se tuvo que decretar cuarentena en todo el país y con ello las suspensión de las clases.
En ese entonces yo había inscrito recientemente mi primer semestre de Comunicación Social, me tocaba iniciar mi carrera universitaria en abril de ese año.
Capture tomado de mis Documentos de Google
Mi primera experiencia con las clases a distancia estaba por iniciar. Mis expectativas eran muy altas, me imaginaba todas las clases vía zoom, hasta llegué a pensar en congelar mi primer semestre por lo difícil que podría ser ver las clases a distancia con mi internet CANTV que no me iba a colaborar.
Hasta que llega el momento de contactar a la primera profesora. Rápidamente le pregunté cómo sería su dinámica para evaluarnos, y me tranquilizó un poco diciéndome que todos lo que ella nos mandará los recibiría en su correo.
Pero aun así seguía con inquietud por la forma en la que los próximos profesores nos evalúen.
Cada día notaba que las clases eran suaves, puros trabajos, ensayos e informes y la vía de entrega era al correo electrónico. Todo transcurría en orden durante los cuatro meses que iban del semestre.
La tormenta se aproximaba para mí y el resto de mis compañeros, el cual no conocía a la gran mayoría ya que era nuestro primer semestre juntos, pero si conocía a unos cuadra compañeros porque coincidí con ellos en el programa de iniciación.
5 de 6 unidad curricular veníamos viendo, lo raro y la pregunta que nos hacíamos todos ¿y donde andará el otro profesor que nos falta? Nos tocaba seguir entregando las tareas del resto, justo una semana para terminar nuestro y aparece el profesor perdido. Llamemosle Ramón, por los menos de seis meses sin reportarse.
Ramón llega un poco alterado porque nunca recibió un mensaje de nosotros para que nos mandará su clase, todos mis compañeros, incluyéndome le tuvimos que reprochar su actitud para intentar culparnos de su falta.
Luego de todas sus frases como "no parecen comunicadores" o "resuelvan ustedes que son los que están estudiando", decidimos aceptar su propuesta aunque no estuviéramos de acuerdo en entregar dos informes y tres trabajos en menos de seis días.
Una misión muy complicada en lo personal, ya que yo tenía muchas más tareas atrasadas que entregar y me restaban esos seis días para entregar todo lo que me falta. Por mi típica manera de dejar todo a última hora.
La misión ya era de entregar 09 evaluaciones en cinco días para pasar ileso mi semestre. Lo cual me propuse hacer todo y no arrepentirme más adelante.
Las cosas pasaron como me las imaginaba, entregando todo a tiempo y teniendo la reflexión de que las clases a distancias no fueron complicadas (para ese entonces), solo ese pequeño inconveniente con Ramón.
Casi todas las materias fueron aprobadas, casi porque Ramón decidió no subirnos la nota hasta el próximo semestre que daba inició en octubre del mismo año 2020.
Continuará...