escribir nuestro día a día no siempre es lo adecuado, quizás la gente suele juzgar cada acción que te propongas hacer.
Hoy mi día fue calmado, cancelaron mis clases, porque el doctor que me da actualmente fisiología se fue a la capital por un asunto familiar, no me incumbe, es seguramente cierto porque nuestra situación económica no es ejemplo de viajes y buena vida.
Les cuento que me levanté y miré el reloj del celular y eran las 7:55am, no entiendo esa manía de despertarnos temprano sin razón, supongo que ha de deberse al ritmo circadiano. Podía escuchar como llovía a cantaros, parecía que se caería el cielo y yo solamente sonreía, ahí, medio dormida aún. Es impresionante como un poco de paz natural puede llegar a calmar tanto peso que estas obligado a cargar. No es fácil el modo de vida que llevamos nosotros, quizás el tema de nuestro problema a nivel mundial se ha vuelto un fastidio pero vivirlo en carne viva es algo que te pone todos los medios de frente para tocar el tema. Esta mañana en medio de tanta lluvia, un cielo gris, y el techo como vista inmediata de mi reciente conclusión de sueños extraños pude pensar que todo va tan mal, he dividido mi vida en dos puntos de vista y no es fácil sobrellevar lo mal que estas y lo importante que se me ha hecho pararme a pensar que mis pulmones estan llenos de oxigeno y que mi homeostasis está actuando adecuadamente o que mi concentración de hidrogeniones van bien y así con todo aquello que me mantiene sana. No quería desenrollarme de la cobija y pedía a gritos internos unos minutos de calidez, hasta que abrí mis ojos y tenía dos manos blancas como la nieve acariciando mi mejilla y entrecerré mis ojos tratando de tomar capture mental a estas escenas que te hacen la vida un poco más agradable.
Ahí estaba mi hermana reclamándome chistosamente por lo consentida que soy, para luego levantarme a seguir una rutina llena de sensaciones de cansancio, sentarte a comer y observar que no puedes obtener lo que deseas comer es un poco desesperante pero logras canalizar emociones para que no te mate el estrés.
Pensaba en todo lo que me quedaba por estudiar, pero mi nivel emocional estaba en el suelo ¿Cómo siendo tan jóvenes estamos tan tristes? miré todo al rededor y se derrumbaba mi mente, pero todo estaba ahí, las paredes en su sitio, el televisor prendido, mi mamá sonriendo y mi plato de una comida que no deseaba. Es mágico como en tu mente todo está destrozado pero hay calma en la habitación. Terminé de comer y proseguí mi día, recibí mensajes en mi móvil de algunos compañeros de clases, uno de ellos me agradecía por el día anterior haberlo ayudado a desahogarse de tanto malestar, él se sentía agobiado por no poder comprar perrarina para los perros de la calle, puesto que su costo es algo absurdo, como lo es todo en nuestro país, inalcanzable. Sonreí entonces por aportar cierta felicidad y realmente quiero seguir, avanzar, comprendiendo más lo que estudio y llegar al hospital para poder curar y experimentar cada momento de lo que estoy amando hacer, espero.. espero conseguir paz en ciertos intervalos de tiempo para poder aguantar.
"Ustedes merecen todo por el hecho de estar donde están"
-Doctor José Vicente Franco, Inmunologo Pediatra
clase microbiología 2018. primer trimestre del año. A sus alumnos de medicina de la Universidad de Los Andes.
