En mis años de experiencia (bueno, los 27 años que he vivido), sé, que los recuerdos dolorosos, me van a acompañar, y harán de mis momentos memorables y únicos, lo único que espero es por vivir luego de estos recuerdos, para poder llamarlos "recuerdos".
En este sentido, la frase de Charles Chaplin "un día sin sonreír es un día perdido" me deja angustiada ¡Yo no quiero perder ningún día de mi vida!, y entre mi confusión termino buscando noticias sobre lo que sucede a mi alrededor y dentro de mi para encontrar una sonrisa, una alegría.
Si me dejo llevar por la frase de Charles Chaplin, y, si solo siento dolor y tristeza ¿Perdería mi día? ¿Que pasa si lo pierdo? El arte de perder no es nada difícil, comenta EE Cumings en un poema, el muestra lo que es perder desde llaves a continentes, y nada de eso, cito textualmente... Nada de eso será un desastre. Así que Charles Chaplin, ¿Cual es el problema con perder un día?
Creo que el dolor, sufrimiento y miedo hace los momentos interesantes, no me malentiendan, sé que los recuerdos dolorosos es preferible olvidarlos, en estos momentos quisiera vivir sin el miedo que ahora siento, imagínate, estoy en una nación por la cual se puede desencadenar una guerra, ya que los recursos que tiene, puede cambiar el curso de las inversiones de varias potencias cuyos intereses tienden más al "progreso" que a la alimentación y salud de los habitantes de mi país (de esto quizá hablaremos después). Estoy en ese país, rico, viviendo como pobre, como dijo un amigo sacerdote este mismo año 2018, asustada y vulnerable ante ejércitos extranjeros, digo ¿que puedo hacer? ¿huir? ; pasan los días, se va la electricidad en las noches, y en esos momentos, la oscuridad de la noche domina, y a mi solo me queda esperar por una visa que quisiera me aprobaran, viajar y empezar de cero, todo para "hacer mi vida" como fue el consejo de mis vecinas, pero realmente mis motivos son residir en un país donde comer, cocinar, asearme, o maquillarme no implique un motivo de estrés.
Hasta el momento solo puedo esperar que me aprueben una visa, tal vez lo hagan, no sé, de todas maneras ir a otro lugar no me alejaría de estas vivencias dolorosas que tengo en mi país, las llevaría conmigo, y en vez de huir de ellas y concentrarme en los momentos de alegría, quiero que formen parte de ese camino que suelo llamar vida.