Te cuento que voy descubriendo que no es necesario subir a la cumbre de una montaña o a la inmensidad de la llanura para tener espacios de silencio, voy descubriendo que desde la cotidianidad y el quehacer diario puedo aprovechar pequeñas pausas para hacer un rato de silencio que me relaje, me oriente y me de fuerzas Seguida.
RE: La palabra olvidada