Constantemente me encuentro con personas en lo presencial y virtual que te dicen que hay que ser auténticos, expresar tus gustos, opiniones y así demostrar quién eres, o para que te conozcan.
De esos hay como arroz picado en todos lados.

Entonces, me detengo a revisar el comportamiento de esas personas y en todos lados aparecen con comentarios a otros de forma extraordinariamente positivos, rayando en lo que en Venezuela le llamamos jalar mecate, jalar bola o chupar medias.
Si, una adulación elevada a niveles desproporcionales.

¿Con que fin?
Pues quedar bien, obtener un beneficio económico o de otra índole.

A todos nos gusta que nos adulen, que nos digan que nuestro trabajo es excelente, que nuestra forma de ser, vestir u hablar es maravillosa.
Pero no siempre es así. Como bien se sabe el ser humano tiende a estar en constante aprendizaje pero también en fracasos, equivocaciones y errors.

Por ser una persona sin filtros, la mayoría de las veces tiendo a expresar mis opiniones según mi entendimiento.
Si algo no me gusta, pues lo digo y se me agrada también.
Entonces, no me explico porque las mismas personas que pregonan que hay que ser sinceros, critican cuando se les dice que han hecho algo mal o que NO ME GUSTÓ.
Y cuando expreso eso no es para sentirme superior, sino ser un ayudante a que sean mejores.
Cada una de mis opiniones están basadas en argumentos sólidos, tienen su explicación; pero esas personas no lo aceptan, solo quieren recibir flores.

¿Para qué diablos dicen que se les comenten con sinceridad?

En algún lado leí, que una de las virtudes más maravillosas que puede tener un ser humano es la sinceridad, pero cuando se ejecuta, a muchos como que no les cae muy bien.

Cuando entras en el mundo de las redes sociales, te expones a recibir cualquier cantidad de comentarios.
Extensos, mínimos, dulces y agrios. Cada cabeza es un mundo y las opiniones son diversas.

En estos días vi una publicación en Twitter que decía que si algún tweet no te gustaba, pásalo por alto.
Pienso que si es valedero si la persona que publicó no la conoces.
Pero si la persona que publica es conocido, o lo sigues, pues eso que ha colocado en el time line va dirigido a sus seguidores; a ti. Esto me da el derecho a expresar mi opinión.

Eso lo aprendí cuando recién llegué a las redes sociales. Cuando colocas algo en tu muro, cualquiera lo puede leer o ver y al hacerse público, pues estas dando los derechos a que te lo comenten en la forma que el consumidor del contenido le plazca.

Cuando vamos a Hive, una de las cosas que todo el tiempo andan pregonando es que hay que interactuar, expresar opiniones de las publicaciones de los hivers.
Como soy un comentador o me considero un comentador nato, pues hago mi parte en la plataforma.

Si la publicación es de mi agrado o es un buen contenido en donde el creador muestra que le dedicó tiempo de calidad y cantidad, pues hasta lo felicito y le hago publicidad.
Pero si por el contrario, es una publicación deprimente, se lo hago saber con sutileza, sin agresión.

Si el contenido le faltó algo o tiene una información falsa o cualquier cosa que no me parece, se lo digo; No Me Gustó.
Me parece que es lo más honesto que puedo ser. Comentarios así me lo han hecho y de ello he aprendido.

Es posible que estas letras de este contenido sean del agrado de muchos, tal vez se identifiquen con ello, pero estoy claro que otro tanto van a llenar los cajones de comentarios expresando que no están de acuerdo.

-¿Y yo que voy hacer? -Aprender.

-¿Me voy a ofender? -No.

No puedo sentirme ofendido. Como lo expresé arriba, cada cabeza es un mundo.
Tomaré lo positivo y lo negativo para ser mejor.
Y si veo que la persona es toxica, que de ella no se aprende, pues me alejo y punto.

Solo soy un consumidor de contenidos, soy un buen oyente, no soy un experto en letras, ni en psicología, ni soy un maestro musical.

Si esto que he escrito le ha gustado, pues que alegría, si no le ha gustado, pues su comentario será bienvenido.
El solo hecho de tomar su tiempo para leerme me hace totalmente agradecido con usted.

La vida es una constante emoción, hagamos que esas emociones nos alimenten el alma.

Estoy muy seguro que la sinceridad siempre será bien vista y estará muy por encima de la adulación o hipocresía.

El universo les conceda todo lo que anhelen.

No soy un escritor, no poseo técnicas, pero las letras me cautivan y las uso para compartir mis pensamientos, mis ocurrencias.
Pongo todo lo que puedo, pero sus comentarios podrían ayudarme a ser mejor.