El pito inicial de cada partido del equipo de futbol venezolano desata una euforia colectiva que trasciende las fronteras del estadio. No es solo la alegría por un partido ganado, es una descarga de orgullo que se siente en cada rincón del país. Cuando la selección nacional triunfa en el campo de fútbol, se enciende una llama que une a millones de corazones bajo una misma bandera, un mismo sentimiento de pertenencia.
Hola mi gente de emotions and feeling. Hoy vengo a chontales sobre mi reciente experiencia en el último encuentro deportivo que se dio entre Venezuela y Perú, pero ojo no vengo a contárselos desde el mundo técnico de la cancha. No vengo a hablarles de como me mueve el corazón cada gol, porque para mí no es un triunfo de números se trata de un tema de orgullo nacional.
Cada gol de la vinotinto se une en un grito unísono, una explosión de júbilo que resuena desde las ciudades más grandes hasta los pueblos más pequeños. Las calles se visten de los colores patrios, las bocinas claman victoria y desconocidos se abrazan, unidos por la emoción de un logro compartido. En ese instante mágico, las diferencias se desvanecen, las preocupaciones cotidianas se suspenden y solo existe un sentimiento poderoso: el orgullo de ser parte de algo más grande, el orgullo de ser venezolano.
Para mí la victoria de la selección no es solo un triunfo deportivo; es una reafirmación de la identidad nacional. Ver a nuestros representantes luchar con garra en el terreno de juego, aunque a veces pensemos que las garras se les encogen, pero estoy segura de que ellos dan lo mejor de sí para defender los colores que nos identifican ante el mundo y además hacen que todo un país vibre de emoción. Y sí yo creo que todo esto se da porque nos vemos reflejados en su esfuerzo, en su entrega, y sentimos que su éxito es también nuestro éxito.
Con ese gol que hizo Venezuela en el encuentro con Perú el país tembló de emoción y es maravilloso ver como en cada celebración, se reafirma ese vínculo invisible, pero poderoso que nos une como fanáticos, como hermanos venezolanos, porque además siento que en los últimos años el fútbol, en su esencia más pura, se convirtió en un vehículo para expresar el amor por la tierra que nos vio nacer, un catalizador del orgullo patrio que nos hace sentir, con cada victoria, más venezolanos que nunca.
ENGLISH (click here!)
The opening whistle of every Venezuelan football match unleashes a collective euphoria that transcends the borders of the stadium. It's not just the joy of winning a match, it's a burst of pride that is felt in every corner of the country. When the national team triumphs on the football pitch, a flame is lit that unites millions of hearts under the same flag, the same feeling of belonging.
Hello my emotions and feeling people. Today I come to tell you about my recent experience in the last sporting encounter that took place between Venezuela and Peru, but I am not coming to tell you from the technical world of the pitch. I am not here to talk about how every goal moves my heart, because for me it is not a triumph of numbers, it is a matter of national pride.
Every goal scored by the Vinotinto unites in a unison, an explosion of joy that echoes from the biggest cities to the smallest villages. The streets are dressed in the national colours, horns honk in victory and strangers embrace, united by the emotion of a shared achievement. In that magical moment, differences fade away, everyday worries are suspended and there is only one powerful feeling: the pride of being part of something greater, the pride of being Venezuelan.
For me, the national team's victory is not just a sporting triumph; it is a reaffirmation of national identity. To see our representatives fight with grit on the pitch, even if sometimes we think that their claws are shrinking, but I am sure that they give their best to defend the colours that identify us to the world and also make a whole country vibrate with emotion. And yes, I believe that all this happens because we see ourselves reflected in their effort, in their dedication, and we feel that their success is also our success.
With that goal that Venezuela scored in the match against Peru, the country trembled with emotion and it is wonderful to see how in every celebration, that invisible but powerful bond that unites us as fans, as Venezuelan brothers, is reaffirmed, because I also feel that in recent years football, in its purest essence, has become a vehicle to express love for the land where we were born, a catalyst for patriotic pride that makes us feel, with every victory, more Venezuelan than ever.
Las fotos y contenido aquí compartido con ustedes son de mi autoría. Las fotos fueron tomadas con mi teléfono Redmi Xiaomi 9. Y la traducción al inglés fue realizada con DeepL
The photos and content here shared with you are my authorship. The photos were taken with my Redmi Xiaomi 9 phone. And the English translation was done with DeepL.
