Recién llegando a Popayán, con un viejo amigo. Octubre del 2019.
«Dejamos de temer aquello que se ha aprendido a entender»
-Marie Curie.
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Llegamos a Popayán finalizando Octubre del 2019, recuerdo que llegamos en la madrugada y tuvimos que esperar por ahí a que amaneciera, de esas aventuras que no es que sean la super diversión pero uno se las toma con calma y cautela...
Ya conocíamos Popayan, aunque si recuerdan nuestra estadía anterior no fue muy emocionante que digamos, en esta ocasión llegamos a un hostel que habíamos mirado por internet, el Hostel Spray.
Un lugar muy bonito, agradable y bien ubicado.
Nos gustó mucho desde que llegamos, son super amistosos con los animales, hay Wi-Fi, cocina, un área agradable y ventilada.
Muchos, muchos grafitis, uno más bonito que el otro!
Pero definitivamente lo que la botó de jonrón fue la sala de proyecciones, un pequeño cuarto bien adaptado con butacas de auto como asientos y un proyector, pasamos muchas horas viendo cosas allí, genial.
Vimos todo Rick y Morty en ese proyector :)
Pasando el tema del hostel, en el exterior y hablándoles un poco de la ciudad debo decir que es mucho más fría que Cali, más lluviosa y que el centro de la ciudad es hermoso. Popayán es conocida como "La ciudad blanca" y ya les muestro por qué...
De los edificios del centro histórico, casi todos están pintados de blanco impoluto. Noviembre del 2019.
La plaza principal es muy bonita, con su torre del reloj y sus edificios gubernamentales blancos como la leche, ese clima eternamente nublado, esa arquitectura como de época precolombina...
Parque de Caldas, Popayan Colombia. Noviembre del 2019.
Torre del reloj, Popayán Colombia. Noviembre del 2019.
También fuimos a dar una vuelta al C.C Campanario, un centro comercial muy grande y bonito, con muchas tiendas de renombre. Es bastante grandote jeje...
Recuerdo que fue muy entretenido y que cominos donas y heladitos (:
Tambien hicimos un evento en Popayán, un cumpleaños con temática de circo -un clásico- y estuvo muy bien, fue pequeño pero agradable :)
Tenía el cabello bastante largo ya, Natalia se ve superbonita ♥
En Popayán compramos nuestros primeros 3 machetes para hacer malabares, que al poco tiempo se convertirían en 6...
jajaja, Natalia estaba super contenta!
Luego luego vinieron las fiestas, el día de las velitas, una linda tradición colombiana de la que me gustaría hablarles luego.
Velitas frente al Hostel Spray, Diciembre del 2019, Popayán Colombia.
Con el Mati preparamos muchas comidas deliciosas, la cocina era espaciosa así que se prestaba, preparamos una choripanada con chimichurri el día de mi cumpleaños que estuvo muy pero muy buena.
Matías es un chico argentino con el que hicimos amistad, buena onda.
Una amiga le enseñó a Natalia a hacer unas artesanías muy lindas, son expansiones para el lóbulo de la oreja hechos con resina epoxica. Son muy bonitos.
La foto no alcanzó a capturar toda la belleza.
¿Y dónde estaban los gatitos en medio de todo eso?
Hermosos, creciendo y jugando con amiguitos.
Natalia se hizo un nuevo tatuaje, con el administrador del hotel. Se le infectó un poquitín pero con buen cuidado no pasó a mayores.
Quedó muy bien!
En el día de navidad preparamos un super asado con Matías, como buen argentino todo un especialista en asados y chimichurris jajaj.
Mati, el protagonista de los asados.
Al día siguiente, el 25 de Diciembre fuimos a visitar a la sensación turística de Popayán, El Morro de Tulcán.
El morro, Popayán Colombia. Diciembre del 2019.
Es una linda caminata hasta el tope.
Matías y Natalia, Natalia y su sonrisa, Natalia, el morro :)
Ya en la parte alta, en la cima hay un monumento a Sebastián de Belalcázar, el cual por cierto sería tristemente vandalizado en unas "protestas".
Según Wikipedia, la estatua yacía ahí desde 1937. Desconozco su estado actual, si pusieron otro monumento o algo. Diciembre del 2019.
La gran atracción es mirar desde arriba toda la ciudad, se ve muy lindo, las casitas de techos marrones y paredes blancas dan un aire de orden y limpieza. Linda linda ciudad.
Vista desde la parte alta del Morro.
Ya en la vuelta pasamos por un lindo puentecito, se parece mucho al Puente del Humilladero el cual también es una atracción turística, pero veo que no tengo fotos de ese puente y no quisiera poner fotos que no sean propias. Les recomiendo mirarlo en la red, es lindo.
Nat <3
Nuestra cena de año nuevo.
Unas pizzas full equipo, champiñones y la pokerona. Sencillo pero con amor, y amistad.
Ya llegado Enero, empezamos a pensar en movernos, en el Hostel Spray la cosa estaba un poco incómoda, pues todas las habitaciones eran compartidas, y con la llegada de otros viajeros, se puso complicado el tema por los gatitos y tal.
Los gatitos, amaban esos asientos de autos, y es que son super comoditos.
Nos despedimos del Hostel Spray, muy agradecidos con la estadía, con las personas que conocimos y con to'...
Vista desde el frente del Hotel. Linda chiva. Enero del 2020.
Allí estuvimos un par de meses más, afinando algunos detalles. Recuerdo que con Sebastián, encargado del hotel y amigo, hicimos un asadito.
El pana Sebas y yo.
¿Los gatitos? Felices, felices. En el hotel vivíamos en un 3er piso así que les gustaba ponerse en los bordes a mirarlo todo desde arriba.
Los gatitos, durmiendito. El gatito Luna siempre se tapa los ojitos cuando hay mucha luz <3
El Hotel queda frente a un mercado principal, así que podíamos comprar frutas, verduras, quesos, miel de abeja natural, todo fresco y a muy buenos precios. Empezamos a tomarnos más en serio la alimentación y el entrenamiento físico, para subir de nivel como artistas circenses.
Recuerdo muy bien ese desayuno, super bueno y saludable. Pan integral, tomate, aguacate, queso fresco y aderezo.
También, al irle dando más forma y solidez al Circo Gatto, imprimimos los primeros stickers (calcas) con el logo de ese entonces, estábamos muy felices y fue un gran paso.
Nos encantaron, y nos fueron tremendamente útiles en el crítico momento de la plandemia...
También fue la primera vez que me animé a probar montar cuerda floja en un cable de acero inoxidable y desde ahí no volvió a ser lo mismo, junto con el entrenamiento físico y las prácticas constantes, simplemente subí de nivel en relativo poco tiempo.
Con el tiempo fui mejorando el armado del cable, ya les contaré sobre eso...
Natalia hizo más artesanias, todo preparándonos para continuar el camino con más fluidez...
El gatito Luna siempre haciendo compañía.
Y bueno, luego de una situación violentamente complicada en la calle con unos paisanos Vzlanos, de esos que piden dinero en la calle con niñitos en brazos, era el momento justo para partir. Los primeros días de Marzo del 2020, hicimos maletas y partimos, nuevamente.
Sebastian y Tara (la perrita) despidiéndose de nosotros y de los gatos.
Popayán segunda ocasión, un lugar donde crecimos mucho, conocimos a varias personas muy agradables, y volvimos a toparnos con viejos amigos como Sebastián.
El equipaje, los gatos. Ya en el terminal de Popayán, Colombia. Marzo del 2020.