
Una de las muchas cosas que han salido estos días de procesos profundos, es el sentir culpa, por muchas cosas que tal vez si fueron o no mi responsabilidad a lo largo de mi vida.
La culpa es un sentimiento muy dañino, que muchos podrían ver positivo si lleva al arrepentimiento o cambio de conducta, pero que muchas veces llevamos a cuesta de forma inconsciente y hasta que no la encaramos no logramos zafarnos de ella.
No describiré aquí esas cosas que me han confrontado para sentir culpa por acciones o no acciones de mi vida, pero si deseo compartir que en este proceso me he dado cuenta que no darme cuenta de esto es una de las cosas que me llevó a la depresión que vivo.
A veces, hemos sido tan juzgados desde niños, que por razones mil nos han hecho sentir culpables, la sociedad está educada para eso y ha sido difícil romper este círculo de manipulación emocional que se da desde hacer sentir culpables a otros.
En mi caso me he enfrentado a dos clases de culpa, una de la que me siento directamente responsable por acciones que hice, y otra que viene inconsciente por vivencias, circunstancias o experiencias que tuve que realmente no dependían de mi pero me hicieron crear una visión de mí totalmente distorsionada y me llevaron a sentirme culpable.
Cuando entendemos de dónde viene esa culpa, y logramos de alguna forma perdonarnos por ello, se va sintiendo más tranquilidad.Algo que si puedo contar, Por ejemplo: Siempre de niña me tildaron de traviesa, despistada, desordenada, floja. Desde que tengo uso de razón escucho en mi cabeza "Zully es floja", pero viendo mi camino he podido darme cuenta, que de haber sido así no hubiese logrado muchas cosas. Resulta luego que descubro que tengo TDAH y eso explicó bastante, y por mucho los niveles de culpa bajaron un montón.
Debemos estar atentos a nuestras acciones, sobre todo con los seres que amamos, hijos, hermanos, parejas, familia y hasta amigos. Porque desde el juicio siempre estamos mandando mensajes que pueden hacer que las personas se sientan muy culpables, y ese juicio viene de la necesidad de poder controlar y creer que tenemos la verdad de como todos deberían ser y comportarse. Nos convertimos en unos grandes manipuladores emocionales, haciendo que otros se sientan culpables a través de nuestros juicios para luego lograr que hagan exactamente o sean exactamente como queremos, y muchas veces a eso le ponemos la máscara de un falso amor. Porque en el verdadero amor no hay juicios.
Lo cierto es, que aquí voy, quitando Capita tras Capita, no está siendo fácil, pero vamos cada vez entendiendo más y eso permitirá un renacer distinto.
Gracias por ser parte de este pedacito de mi vida.
Abrazo 🤗
Zully🦋
Imágen propia.