Aquí estoy de nuevo escribiendo en esta comunidad de damas de la colmena para contarles como después de tantos avatares decido disfrutar mi proceso de sanación y amor propio con agradecimiento; tratándome con suavidad frente al espejo y dejando de autosabotearme.

La foto de mi larga cabellera (peluca) con turbante mientras crecía el cabello en la portada de este post y la que podéis ver a su lado (mi cabello actual) y en mi perfil en esta cadena de bloques de la colmena... es, sin duda; como las glándulas mamarias, una parte impagable de la feminidad. Hoy me miro al espejo y veo que ya está largo; es el momento de disfrutar con alegría mientras crece abundante, sano, como siempre lo llevé desde que era una jovencita.

Cuando estaba sin cabello, me sentía poco atractiva, y mi esposo aun así me daba ánimos, siempre alimentaba mi belleza natural femenina con dulces palabras.

Añoraba mi pelo largo, con destellos dorados, teñidos por hábiles manos; me daban un toque chic y encantador. A todos les encantaba (incluyéndome) hasta vanidosa me sentía.

Con el tiempo, fui acostumbrándome a mi calva del caribe, propia de esta tierra, del sol amado donde habito, y a los complementos, bandanas, turbantes, sombreros de mi outfit. Aunque reconozco que siempre dolía cuando me miraba al espejo, aprendí a vivir sin él por un tiempo (algo así como cuando ocurre el desamor)... (Risas)

Así es la vida... las cosas cambian; todo evoluciona, todo es temporal, todo trasciende y solo tenemos una vida, para atesorar cada momento más allá de lo habitual.

Aquí sigo y estoy tal cual soy, sin quitarme las arrugas que indican todo lo que he vivido, hasta las veces que me he reído; las llaman patas de gallo.

Mi mejor acuerdo de paz reside en el reconocimiento y reconciliación con mi alma y con mi propia esencia. Es mi manera de agradecer el cambio constante cuando las situaciones se complican y la adversidad me visita donde me encuentre.

Con el cabello "al descuido" como dicen las modelos y socialite tal cual ha crecido. Por fortuna con muy pocas canas, cosa que me favorece; soy afortunada, no he tenido la necesidad de esclavizarme con las tinturas.

Lo único que les digo es que hay una belleza más grande que la apariencia física y es la que sale de un corazón dispuesto, y noble.

Y lo que se irradia y nos hace hermosas, no solo está afuera, viene desde muestra esencia, viene del Alma y de lograr mi nivel más elevado de mi personalidad antifragil para enfrentar los cambios sin verlos como amenaza.

Lo cierto de todo este guion de mi historia es, que emocionalmente pase por un duro momento al que tuve que sobreponerme, valientemente. El mensaje que quiero darles es justamente que hay que aprender a bailar bajo la lluvia y no esperar a que pase la tormenta.

Finalmente, nunca sabemos cuando nos toca despedirnos, así que, para que dejar para después vivir el hoy, "un día a la vez”, y al pasado, dejarlo descansar en paz como a los difuntos, solo volteo a mirarlo para ver cuanto he mejorado, he crecido y como mi personalidad se ha tornado “Antifragil”.

Hoy tengo un mensaje para darle al mundo Hive y es que sigo siendo humana de naturaleza vulnerable, pero NO débil, nunca me rendí y siempre di la batalla comprometida conmigo y con los demás.

No es que no pase nada, sino que de las muchas cosas que aprendí del cáncer y luego de la pandemia, es que la vida es impredecible y que solo necesito es disfrutar el momento, ser feliz y estar en paz. Siempre vamos a estar de corazón para apoyarnos y ser más fuertes en momentos de turbulencias y distanciamiento.

Así que a VIVIR la VIDA, tomarse las cosas con humor (del bueno) es un privilegio de la inteligencia, ya que no sabemos si hay un mañana.