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Bienvenido una vez más querido lector a nuestro rincón de la reflexión humana. Tan importante que es, para reflexionar sobre el rumbo que está tomando nuestras vidas y nuestro papel en ello.
En el post anterior hablamos sobre como un área del cerebro, dramáticamente alimentada por la abundancia de productos y servicios disponibles nos estaba quitando nuestro poder de elección. Esta área, llamada Nucleus Accumbens, es la responsable de la motivación, pero sobre estimulada por la abundancia de placer disponible y a bajo precio, nos obliga a permanecer atascados en ellos. Es así como recibe el nombre de sistema hedónico, referente al placer. Afortunadamente, existe otra alternativa que los sabios de la antiguedad descubrieron para escapar del calvario de estar constantemente buscando placer y huyendo del dolor: El sistema daimónico, cuyo neurotransmisor principal es la serotonina, que tanto falta a la generación del momento.
La clave
Quise hacer este post como énfasis en lo que significa pasar de un sitio a otro. Yo, como creador de contenido, primero practico las cosas de las que hablo para poder analizarlas con propiedad, de modo que no suene como una enciclopedia que de la sensación de estar hablando de algo completamente diferente a lo que tú y yo, como seres humanos vivimos.
Desde que descubrí esta conexión y puse en práctica el fortalecimiento de mi sistema daimónico, mis síntomas más prominentes de ansiedad y de depresión se han reducido drásticamente. No se han ido por completo porque hay otras circunstancias que los causan, como la inflamación debido a mi sensibilidad a ciertos alimentos, pero la mejoría ha sido casi instantánea, por lo que no puedo más que insistir en las prácticas que te llevarán seguramente a una vida más tranquila.
Es importante destacar que a lo largo de mi vida he estado buscando una respuesta a mis problemas, por lo que adicional a estas prácticas he construido bases filosóficas para deconstruir una manera de pensar tóxica que sesgaba mi autoestima y mis ganas de vivir. Si necesitas también crear bases existenciales firmes te recomiendo ir al psicólogo, o buscar la sabiduría con toda la humildad que puedas reunir. Personalmente me ayudó el taoismo, así que estas prácticas no chocan existencialmente conmigo, pero es importante recordar que a todos nos funcionan cosas diferentes.
1.- Sacrificando el placer:
Es esencial que entiendas algo. El placer no es sinónimo de bienestar. Muchas veces cuando pasamos por un día difícil nos decimos que merecemos darnos una harta de alimentos que sabemos que son malos pero son muy placenteros. En mi caso, si hiciera eso, me sentiría físicamente peor al día siguiente y probablemente también sea el tuyo. Eso no significa que deberíamos tener una vida absolutamente agria. Como siempre, el balance es la clave.
2.- Apreciando el placer como realmente es:
Para llevar a nuestro Nucleus Accumbens a su estado original debemos apreciar el placer tal cual es. ¿Sabias que se ha comprobado que el mindfulness puede revertir la adicción? Se debe a que cuando nos estamos dando un exceso, generalmente no estamos pensando en ello. Nos estamos disolviendo de cierta manera, sin estar presentes en el momento. A veces incluso entrelazamos una actividad con otra, como comer mientras vemos la televisión, a veces también mientras hablamos.
Naturalmente, no siempre podemos hacer algo en total separación, muchas veces por cuestiones de trabajo, pero intenta estar presente como puedas. Perceptivo todo lo que puedas.
Si quieres más serotonina en tu vida por las condiciones que yo padezco y que se sabe la mayoría hoy día tiene, intenta estar presente en tu cuerpo cuanto puedas. Es verdad que dejarás de sentir placeres extremos y eso a lo mejor te haga sentir como el raro del grupo, encima que te cuestionarás de qué se trata realmente vivir, pero habrás ganado al no sentirte tan mal todo el tiempo, tan apresurado, tan triste y ansioso.
Hoy me tomé mi café sin azucar. No obtuve el tremendo rush que me daba el dulzor pero la verdad me di cuenta que no sabe mal. Hace unos pocos días atrás habría puesto una mueca y sacado la lengua de disgusto. Todo lo que esta práctica hace es volver a un balance sensorial, donde todo está al mismo nivel. Todo se puede disfrutar.
¡Un saludo!
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Welcome once again dear reader to our corner of human reflection. So important it is, to reflect on the direction our lives are taking and our role in it.
In the previous post we talked about how an area of the brain, dramatically fueled by the abundance of products and services available, was taking away our power of choice. This area, called Nucleus Accumbens, is responsible for motivation, but overstimulated by the abundance of pleasure available and at a low price, it forces us to stay stuck in them. This is how it is called the hedonic system, referring to pleasure. Fortunately, there is another alternative that the ancient sages discovered to escape the ordeal of constantly seeking pleasure and fleeing from pain: The daimonic system, whose main neurotransmitter is serotonin, which is so lacking in the generation of the moment.
The key
I wanted to make this post as an emphasis on what it means to go from one place to another. I, as a content creator, first practice the things I talk about so I can analyze them properly, so that it doesn't sound like an encyclopedia that gives the sensation of talking about something completely different from what you and I, as human beings live.
Since discovering this connection and putting into practice strengthening my daimonic system, my most prominent symptoms of anxiety and depression have been drastically reduced. They have not gone away completely because there are other circumstances that cause them, such as inflammation due to my sensitivity to certain foods, but the improvement has been almost instantaneous, so I can only insist on the practices that will surely lead you to a quieter life.
It is important to highlight that throughout my life I have been looking for an answer to my problems, so in addition to these practices I have built philosophical bases to deconstruct a toxic way of thinking that skewed my self-esteem and my desire to live. If you also need to create firm existential foundations, I recommend going to a psychologist, or seeking wisdom with all the humility you can muster. I was personally helped by Taoism, so these practices don't clash with me existentially, but it's important to remember that different things work for everyone.
1.- Sacrificing pleasure:
It is essential that you understand something. Pleasure is not synonymous with well-being. Many times when we go through a difficult day we tell ourselves that we deserve to stuff ourselves with foods that we know are bad but are very pleasurable. In my case, if I did that, I would feel physically worse the next day and it will probably be yours too. That doesn't mean we should have an absolutely sour life. As always, balance is the key.
2.- Appreciating pleasure as it really is:
To bring our Nucleus Accumbens to its original state we must appreciate pleasure as it is. Did you know that it has been proven that mindfulness can reverse addiction? It's because when we're overindulging, we're usually not thinking about it. We are dissolving in a certain way, without being present in the moment. Sometimes we even intertwine one activity with another, such as eating while watching television, sometimes also while talking.
Naturally, we can't always do something in total separation, often for work reasons, but try to be present as much as you can. Perceptive as much as you can.
If you want more serotonin in your life due to the conditions that I suffer from and that most people today have, try to be present in your body as much as you can. It is true that you will stop feeling extreme pleasures and that may make you feel like the odd one out of the group, on top of that you will question what living is really about, but you will have won by not feeling so bad all the time, so rushed, so sad and anxious.
Today I drank my coffee without sugar. I didn't get the tremendous rush that the sweetness gave me but the truth is I realized that it doesn't taste bad. A few days ago I would have made cringe face and stuck out my tongue in disgust. All this practice does is return to a sensory balance, where everything is on the same level. Everything can be enjoyed.
All the best!